Israel ha respondido con una declaración de que el Gobierno suspenderá una serie de reuniones en curso con la UE.
Las directrices determinan que simplemente etiquetar los productos como "Producto de Cisjordania" no bastaría, y que la etiqueta también debe incluir las palabras "asentamiento israelí" entre paréntesis.
La medida afectará principalmente a las frutas y hortalizas de la zona. El etiquetado debería afectar a menos del 1 por ciento de todo el comercio entre la UE e Israel, que supone unos 30.000 millones de euros (32.000 millones de dólares), incluidos los 13.000 millones de euros (14.000 millones de dólares) en exportaciones israelíes al bloque.
El Ministerio de Economía de Israel calcula que el impacto será de en torno a 50 millones de dólares al año, lo que afectará a frutas y hortalizas, como uvas y dátiles; al vino, a la carne de ave, a la miel, al aceite de oliva y a los cosméticos.
Esto supone una quinta parte de los 200-300 millones en los que están valorados los bienes producidos en los asentamientos cada año, pero una gota en el océano en comparación con los 32.000 millones de dólares de bienes y servicios que Israel exporta a la UE cada año, una tercera parte de todas sus exportaciones.
Los bienes industriales, como los alimentos procesados, no están sujetos a la obligación de etiquetado que marca la ley de la UE, sino que es voluntario.
"El etiquetado de productos no contribuye a la paz"
Según el primer ministro Netanyahu, "la economía israelí es fuerte y lo resistirá; quienes saldrán perjudicados son los palestinos que trabajan en fábricas israelíes. La UE debería sentir vergüenza".
La UE no reconoce la legitimidad de la presencia de Israel en Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este y los Altos del Golán, territorios ocupados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. Así pues, los productos procedentes de estos territorios no se pueden etiquetar "Made in Israel".
El vicepresidente de la UE, Valdis Dombrovskis, insiste en que la medida es una "cuestión técnica, no una postura política".
Añade que las directrices se han tenido que tomar después de que tres Estados miembros —Reino Unido, Bélgica y Dinamarca— aplicaran un etiquetado especial por cuenta propia, lo que obligó a la UE a igualar la medida para los 28 países.
"La UE no respalda de ningún modo un boicot o sanciones contra Israel", asegura, e insiste en que los productos israelíes de las fronteras reconocidas internacionalmente se siguen beneficiando del tratamiento arancelario preferente de la UE.
Dos elementos de la decisión de la UE han enfurecido particularmente a las autoridades israelíes, pues ven la medida como un boicot efectivo a Israel y señalan que otros casos de ocupación prolongada, como la toma del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, no se tratan del mismo modo.
Desde 2004, los productos de los asentamientos israelíes no se han beneficiado de las preferencias comerciales en la UE, mientras que para todos los países la UE cuenta con legislación agrícola que requiere que en el etiquetado se especifique el origen de la fruta, las hortalizas y la miel.