Los agricultores de la Axarquía han fijado el interés sobre un nuevo cultivo tropical, la papaya. Sobre todo después de conocer los resultados de los ensayos en invernadero llevados a cabo en 2012 por Cajamar en la Estación Experimental de Las Palmerillas junto a la Universidad de Almería, que demuestran no sólo que su cultivo es viable técnicamente, sino muy prometedor en cuanto a producción y calidad. Ello ha llevado ya a varios productores de la comarca oriental malagueña a apostar por la papaya como una nueva pata del sector tropical malagueño. El gran reto es conseguir fruta con un grado de azúcar suficiente para competir en calidad con fruta de otras procedencias, aprovechar la cercanía a Europa como mercado y la posibilidad de madurar el fruto en el propio árbol.
La papaya es el fruto de un árbol que se lo conoce como papayo. Su nombre científico es Carica papaya y pertenece a la familia de las caricáceas. Se trata de un árbol de vida corta, pero muy productivo. El ciclo de vida del árbol va de 18 a 36 meses, dependiendo de diversos factores, aunque es capaz de alcanzar producciones de hasta 200.000 toneladas por hectárea en dicho periodo. Las frutas pueden alcanzar un peso de 500 gramos en promedio, aunque existen casos de piezas que pueden llegar a pesar varios kilos.
Actualmente, la superficie de cultivo en Málaga es escasa, apenas unas cinco hectáreas. Según las primeras experiencias que se está llevando a cabo en la zona, la papaya es un cultivo con un crecimiento vegetativo muy rápido. El árbol empieza producir a los ocho o nueve meses desde la plantación, mucho antes que la mayoría de los frutales que entran en producción a partir del cuarto, quinto o sexto año desde la plantación —este es el caso del aguacate, por ejemplo—, y muy productivo.
Según los ensayos realizados en Las Palmerillas, en términos de rendimiento y de crecimiento se comporta más como una especie hortícola que como un frutal, con costes de producción mucho menores y la rentabilidad que se puede conseguir es muy interesante. Todo esto empieza a seducir a algunos productores que buscan alternativas para sus invernaderos.
El cultivo de papaya lleva tiempo que funciona con éxito en Canarias, donde se cultivan unas 500 hectáreas, y comienza a extenderse tímidamente por la Axarquía, la Costa Tropical granadina, Almería, Murcia e incluso Alicante como una alternativa a los cultivos tradicionales en invernadero.
Entre las empresas agrícolas que están apostando por este nuevo cultivo en Málaga se encuentra BioAlgarrobo, especializada en la producción y comercialización de frutas y hortalizas ecológicas. Según su gerente, José Carlos Varela, los socios de la empresa han plantado este año unas tres hectáreas. "Estamos realizando ensayos con unas ocho variedades distintas para ver cómo se adaptan al suelo y las condiciones climáticas. Nuestra preocupación está en ver si conseguimos una frutas alta en grados Brix, que son los que marcan si una frutas es lo suficientemente dulce", explica Varela.
Según las experiencias llevadas a cabo hasta la fecha por BioAlgarrobo, la papaya ecológica para exportación alcanza un precio para el agricultor que ronda los tres euros el kilo, lo que convierte a esta fruta en un cultivo muy atractivo.
Álvaro Bazán, de Torrox, es otro de los agricultores que han decidido apostar por el papayo. De hecho ha plantado más de 2.000 árboles en el núcleo veleño de Lagos. "He destinado un invernadero nuevo que tenía previsto para otros cultivos a la papaya porque creo y confío en esta apuesta. De hecho, ya somos algunos agricultores y estamos trabajando para incluirnos en la Asociación de Productores de Frutas Tropicales como una nueva sección".
La Mayora
En Málaga, el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora de Algarrobo está desarrollando ensayos con cultivos de otras especies subtropicales en invernaderos, entre los que se encuentran el mango, papaya y pitaya. El objetivo es facilitar el uso de invernaderos hortícolas que ya no son rentables para el agricultor para cultivos como el tomate.
En el caso del mango lo que se consigue es adelantar la producción, de manera que no se compite con las plantaciones en el exterior que ya existen en la provincia, y así se consigue una fruta temprana que por lo general es más valorada por el mercado.
Fuente: diariosur.es