El 5 de diciembre, un cargamento de naranjas y limones de Siria, con un total de 800 toneladas, zarpó desde el puerto de Latakia con destino a Rusia, según informa el servicio de información ruso. Los cítricos deberían estar en Moscú el 15 de diciembre.
"Si logramos establecer una conexión de transporte, las frutas y verduras sirias podrían sustituir a los productos turcos. Los precios mayoristas de Siria son muy bajos: las naranjas cuestan 75 libras sirias (0,18 €); las mandarinas, 50-55 libras (0,12-0,14 €); los limones, 100 libras (0,25 €), y los tomates, 17-95 libras, dependiendo de la temporada (0,04-0,24 €)", declara el empresario sirio Amdżad Duba.
El comerciante también señala que, ahora, el problema más importante es el transporte de productos de Siria a Rusia. Antes de la guerra, el puerto sirio de Tartús realizaba envíos habituales a Novorosíisk que tardaban 20 días en llegar; ahora atraviesan varios puertos y llegan a Novorosíisk tras 35-40 días.
Según este empresario, la ventaja más importante de Turquía era que sus camiones llegaban a Rusia a diario, así que hasta los productores pequeños podían exportar a Rusia, por ejemplo, 500 kilos de frutos secos. Un productor sirio declara que los turcos les compraban frutas y verduras y después reexportaban los productos a Rusia.
En Baniyas, por ejemplo, una ciudad que se encuentra entre los puertos de Latakia y Tartús, hay una producción considerable de tomates de invernadero; sin embargo, los sirios no saben publicitar sus productos y no tienen acceso a envases de gran calidad que cumplan los estándares internacionales; por eso, las compañías turcas compraban estos tomates, los envasaban en su país y los enviaban a Rusia como propios, según explica el empresario.
A su vez, una fuente del Ministerio de Finanzas de Siria informa que, en estos momentos, se están llevando a cabo negociaciones entre Rusia y Siria a nivel gubernamental para introducir derechos concesionales para los productos sirios.