Fuente: www.exchangerates.org.uk
La caída del valor de la libra ha tenido, por supuesto, un gran impacto en los importadores de Reino Unido. Peter Davis, de Davis Worldwide, explica: "Los acuerdos alcanzados en diciembre que mostraban beneficios ahora están dando pérdidas y los acuerdos realizados en enero son muy caros. Un aumento de 50 peniques por caja es mayor que los beneficios y más de lo que el mercado puede soportar, lo que ha ralentizado las importaciones".
"Son los importadores los que se llevan el golpe", según Davis. "Algunos importadores compran con antelación sus euros, es decir, llaman al banco para encargar euros para la fecha de entrega del producto. No obstante, la mayoría de gente no lo hace".
Aunque es negativa para los importadores, se trata de una buena noticia para las exportaciones, según Davis, quien, además de importar, exporta patatas, remolachas y coliflores. "Ahí estamos ganando más y, además, los euros están volviendo a nuestras cuentas bancarias. Sin embargo, no es suficiente para compensar las pérdidas incurridas por la caída del 9% del tipo de cambio en un mes".
Los tipos de cambio no son los únicos problemas para los importadores británicos, como explica Davis: "Ya ha habido un comienzo raro del nuevo año en muchos sentidos. Ahora estamos cortando variedades en Francia que deberían cosecharse en marzo, y lo mismo está pasando en España. A mediados de marzo, tendremos una escasez de todas las crucíferas. Además, las espinacas inglesas suelen finalizar a finales de octubre, pero acaban de terminar con ellas hace dos semanas en el valle del Lea", continúa Davis. "En España, las temperaturas se encuentran alrededor de los 20 ºC y los productores se enfrentan a una enorme falta de agua. Hace 20 años, el río Ebro era un río rápido; hace 2 o 3 años, era un hilillo y, este año, está completamente seco".