Los precios de los alimentos se mantendrán relativamente bajos en los próximos diez años y de este modo finalizará el reciente ciclo de precios altos pese al riesgo de eventuales fluctuaciones, señalaron la FAO y la OCDE.
De acuerdo con un informe conjunto sobre perspectivas agrícolas entre 2016 y 2025, presentado en Roma, la demanda de alimentos crecerá a un ritmo más lento, sobre todo por los menores aumentos de la población mundial y de los ingresos en las economías emergentes.
Estos factores, unidos a otros como la acumulación de reservas, el fuerte suministro de alimentos y el abaratamiento de la energía, influirán en ese periodo en los precios de los principales productos básicos, que ya cayeron en 2015.
"La era de los precios altos de los alimentos ha terminado, aunque la próxima crisis podría estar a la vuelta de la esquina", dijo el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, que, no obstante, descartó futuros picos tras las medidas adoptadas a raíz de la crisis alimentaria de 2008.
El análisis, elaborado a partir de los datos de 41 países y 12 regiones, señala que la baja de precios no será igual para todos los productos.
Frente al estancamiento de los cereales, se espera que aumente la demanda de carne, pescado y otros alimentos ricos en proteínas en los países en desarrollo.
Para satisfacer la creciente demanda, el 80% del aumento de la producción de alimentos se deberá a las mejoras tecnológicas y de productividad, y el 20% a la extensión de área cultivada.
En América Latina, la superficie para cultivos crecerá un 24% en la próxima década, principalmente por la expansión de la soja.
La expansión más lenta del mercado hará que se reduzca a la mitad el crecimiento del comercio agrícola, en comparación con la década anterior.
Así como el sur y el este de Asia (la región que más productos agrícolas ganará) verán aumentar su producción a pesar de la limitación de recursos, la de América crecerá orientándose especialmente a la exportación y la de Europa occidental permanecerá estable.
Fuente: EFE