Después de comenzar a producir mangos en Perú hace más de tres años, ahora la francesa Boyer está trabajando con unos productores camboyanos para desarrollar la variedad camboyana Kéo. El director del grupo, Joel Boyer, explica: "Unos productores camboyanos nos hablaron en la Berlin Trade Show porque querían integrarse en el mercado europeo". Recibieron el visto bueno el invierno pasado, cuando se preseleccionaron entre 15 y 20 productores durante un periodo de prueba para producir 50 toneladas de muestras.
Boyer explica que las primeras importaciones sufrieron algunos problemas relacionados con el transporte aéreo, pero que se están solucionando. Actualmente, en Camboya, cada mango se protege en una funda durante 40 días antes de que madure. Boyer explica que "este sistema, que se usa en las uvas Chasselas desde hace mucho tiempo, ofrece protección contra la lluvia y la humedad, y elimina la necesidad de usar pesticidas". Gracias a esta protección, no hay residuos de pesticidas en los mangos y estos tienen un color amarillo más homogéneo, al no haber estado directamente expuestos al sol.
Esta variedad se lanzará de forma oficial en el mercado francés a principios del año que viene. Boyer espera producir 200 toneladas antes del próximo invierno y añadir un nuevo producto a su gama Philibon: la pitahaya. Este año, se ha llevado a cabo una prueba en Centroamérica y la isla de Reunión, en la que se han exportado unos 10 envases pequeños a Francia, con resultados impresionantes.
Las frutas exóticas representan el 16% de los beneficios de Boyer (el 13% en 2013). De las 32.000 toneladas de frutas que produce, 1.500 toneladas son exóticas. Cada año, entre otras frutas, la compañía exporta entre 350 y 400 toneladas de lichis, 500 toneladas de piñas y entre 40 y 50 toneladas de maracuyá.