Polonia es el único país de la UE en el que la exportación de patatas está restringida, razón por la que continúa siendo la mayor preocupación de toda la industria polaca.
Hasta hace poco, la industria polaca de la patata no estaba unificada, a diferencia de en otros países como Alemania y Países Bajos, en los que el sector se une en tiempos difíciles para encontrar soluciones. Para que Polonia también dispusiera de esta estructura de seguridad, se formó la Asociación de la Patata de Polonia hace dos años. Desde entonces, han estado ejerciendo presión, reuniéndose con las autoridades y trabajando con el Gobierno para darles a conocer mejor la industria y mejorar su colaboración.
Supuestamente, el motivo de la restricción es el gran número de casos de necrosis bacteriana en las patatas de Polonia, razón por la que las patatas polacas de siembra y de consumo deben ir acompañadas de un certificado que demuestre la ausencia de necrosis bacteriana, emitido por la Autoridad Fitosanitaria polaca, al exportarlas a otro país de la UE.
Este procedimiento lleva tiempo, lo que prácticamente imposibilita las exportaciones. Además, los productores son reacios a que se analicen sus patatas por temor a que no les permitan venderlas si se encuentra la enfermedad.
Según las cifras, los brotes de necrosis bacteriana no son comunes en Polonia. La enfermedad casi nunca se encuentra en las plantaciones grandes y profesionales, ni suele ser un problema para los productores más pequeños, que conforman un porcentaje muy alto del total de los productores de patatas de Polonia.
La Asociación de la Patata de Polonia está trabajando a favor de retirar esta regulación, lo que permitiría que el mercado creciera y que los proveedores de patatas de siembra europeos aumentaran sus ventas en Polonia.