Carlo Fideghelli
Las uvas de mesa son uno de los productos más internacionales, globalizados y extendidos. Cada año, se han introducido en el mercado alrededor de 20 nuevas selecciones desde 1980 y las variedades apirenas tienen cada vez más demanda.
Los obtentores públicos seguían siendo mayoría en 2008, pero ahora los privados representan entre el 35 y el 40 por ciento, en especial en los países occidentales. Mientras, el número de variedades de semillas utilizadas para producir otras selecciones también se ha incrementado.
Variedades de uva de mesa clasificadas por tipo de obtentor
Weinberger (arriba en la imagen) tenía razón; la gente prefería las uvas apirenas.
No obstante, Fideghelli también subrayó que la creación de nuevas variedades tradicionales no es inútil, ya que se siguen comprando. "Pensemos en lo que ocurrió con las nectarinas. Al principio, todo el mundo pensaba que reemplazarían a los melocotones, pero no fue así".
Si se tiene en cuenta que, hoy en día, todos los cultivares patentados están disponibles solo previo pago, se comprende que su cultivo es muy caro. Por tanto, un nuevo programa de obtención tiene sentido a nivel económico y ayuda a seleccionar uvas con menos problemas de adaptabilidad.
"Además, disponer de cultivares competitivos exclusivos puede ser muy valioso en la era de la globalización. Recordemos el éxito de las uvas apirenas Superior y de las ciruelas Angeleno."