El 15 de junio y el 8 de julio de 2016, PROFEL expresó sus preocupaciones por las pérdidas potenciales de las cosechas, tras las lluvias excepcionalmente intensas que sufrieron los principales países productores del norte de Europa en mayo y junio.
Las condiciones meteorológicas frías y húmedas a principios del verano retrasaron la siembra y ralentizaron el crecimiento de los cultivos, y más tarde fueron sustituidas por condiciones de sequía y calor extremo en julio, agosto y principios de septiembre, lo que provocó estrés en las cosechas de muchas hortalizas. La combinación de estos dos patrones meteorológicos extremos en una misma temporada ha reducido la producción del norte de Europa todavía más de lo que se preveía en julio. Ahora que la cosecha de diversos cultivos ya ha terminado o está a punto de terminar, los procesadores y productores de hortalizas confirman que sus pérdidas de producción son muy graves.
La reducción media de la producción en Bélgica, Países Bajos, Francia, Alemania y Reino Unido es la siguiente:
Pérdidas medias
Guisantes: 31%
Judías: 20-25%
Espinacas: 30%
Zanahorias "baby" y zanahorias parisinas: 37%
La campaña de judías verdes todavía no ha terminado, de modo que la cifra indicada (20-25%) es una estimación. Sin embargo, esta predicción depende de que las condiciones meteorológicas se vuelvan más favorables durante la segunda mitad de septiembre. Además de las cosechas mencionadas, también han disminuido las de coliflores, calabazas, nabos, coles, coles rojas, escorzoneras, coles de Bruselas, pimientos y coles rizadas. La producción de col rizada de verano de Alemania espera una caída del 25%.
En el este y el sur de Europa, las temperaturas altísimas, en muchas ocasiones de más de 40 °C, han mermado la producción de brócoli, judías, guisantes y maíz dulce.
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Aline Rutsaert
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