Junto con su socia Daniela, Luna pasó la fase inicial del negocio centrándose en la investigación de mercado, en la certificación y en la recaudación de fondos. "Estuvimos prácticamente inactivas durante el primer año porque queríamos partir de una base sólida. Nos preguntamos cuáles eran los aspectos concretos de cada uno de los mercados, tanto que, actualmente, el 80% de nuestra facturación proviene de los mercados extranjeros".
"Tener una parte anglosajona me ayudó a abordar las cosas de forma pragmática, aunque hubo muchos momentos difíciles. No teníamos financiación pública al principio y el camino que escogimos era caro, en especial porque queríamos hacer un producto verdaderamente saludable –como la receta de la abuela–, pero a escala industrial. Tuvimos que invertir en investigación, innovación, patentes y certificaciones".
Las patentes son la guinda de esta innovadora empresa, cuya meta es registrar una al año en el próximo quinquenio. En marzo de 2017, por ejemplo, se introducirá una nueva gama, totalmente innovadora, en cooperación con una empresa de embalaje.
Lo que caracteriza a todos los productos de Luna Toscana es que son innovadores y que cubren un hueco de mercado.
Una de las líneas se llama Fresco Giorno, una conserva extra elaborada con fruta fresca italiana cien por cien. No tiene azúcares añadidos, ni pectina, ni conservantes ni colorantes, y no contiene gluten. Es fruta fresca pasteurizada con una fecha de caducidad de 30 días, y es adecuada incluso para los niños.
La materia prima la proporciona AOP Luce. Tan solo se utiliza fruta de segunda categoría, cosechada a mano, y la transformación se produce en las 48 horas posteriores a la cosecha.
La otra línea se llama 24 Mesi (24 meses, su fecha de expiración). Son conservas extra elaboradas con fruta fresca italiana cien por cien, presentada en tarros de cristal que se pueden pasteurizar hasta 50 veces.
Actualmente, la empresa produce 6 millones de tarros sin comprometer su filosofía, es decir, ofrecer un producto saludable a escala industrial y a un precio asequible para todos, en especial para las familias con hijos.
"Hemos sido las primeras en hacer algo así en Europa. En estos momentos, estamos estudiando nuevos tipos de envases ecológicos y biodegradables para prolongar la vida útil de nuestros productos". En el futuro, contarán con unas nuevas instalaciones y también adquirirán 200 hectáreas en la Toscana para satisfacer la creciente demanda.
Toda la fruta se cultiva en huertos poseedores de las certificaciones GLOBAL G.A.P. y IFS. Las instalaciones de transformación cumplen todas las normativas IFS, HACCP y FDA.
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