"Muchos productores no pueden añadir valor a sus productos agrícolas porque no tienen forma de suministrarlos en el formato necesario", explica Murray Hillborne, de Marco. "Nuestro mensaje es que, si se quiere valor añadido, hay que dar al cliente el formato que este quiera. Si el cliente desea tarrinas sin tapa de 500 gramos, eso es lo que hay que enviarle, pero las empresas no pueden derrochar dinero y personal para solucionar el problema, sino que tenemos que proporcionarles una manera de procesar y envasar el producto como quiere el cliente y de la forma más eficiente".
Murray Hillborne y Becky Hart en la Amsterdam Produce Show.
Hillborne explica que Sudáfrica es un ejemplo muy claro. "Hace algunos años, Sudáfrica decidió invertir en sus plantas de envasado para envasar sus frutas en el formato que querían sus clientes, y, en mi opinión, la industria sudafricana de la uva de mesa es de las mejores del mundo y está dejando atrás al resto".
"No se puede añadir valor en los campos, ni envasar las tarrinas ni garantizar la calidad cuando solo hay una persona que decide cómo se presenta el producto final, así que hay que llevar los productos a la planta de envasado, limpiarlos y envasarlos correctamente. Eso es lo que nos convierte en una parte importante de la cadena de suministro, en vez de ser 'un proveedor más'".
Uno de los sistemas de Marco en Sudáfrica.
"Intentamos ayudar a nuestros clientes a ser más agudos, más competitivos y a añadir valor. Queremos que entiendan que cada tarrina que procesamos equivale a más beneficios y mejora la posición de sus frutas en el mercado. Afirmamos que aumentaremos la productividad un 30% con respecto a los métodos anteriores y, en los países que abastecen a la UE, también que reducimos prácticamente a cero el exceso de frutas por envase".
En Estados Unidos, donde todos los envases tienen un "peso declarado", Marco garantiza un exceso de frutas del 2,5% como máximo. Según Hillborne, en algunos productos, los envases se llenan tanto que, con cada once envases de tipo clamshell, podría llenarse otro más. Se debe a que el coste del fracaso es tan alto que los envases se sobrecargan a propósito, algo que no beneficia a nadie, ya que, aparte de regalar frutas de buena calidad, estas se aplastan, lo que es antiestético y reduce mucho su vida útil.
Marco existe desde hace 32 años y hace negocios en 35 países de todo el mundo, aunque este es el primer año en el que sus ventas internacionales han superado a las nacionales.