El precio al que se ha pagado la verdura a los agricultores ha variado a lo largo de estos meses. “Comenzó estable a finales de abril, entre 60 y 70 céntimos; bajó a los 35-40 céntimos en junio con el aumento del número de kilos producidos, y ha repuntado entre finales de julio y mediados de agosto hasta los 1-1,20 euros”, explica Juan Antonio Guerrero, presidente de Hortoventas, empresa agroalimentaria socia de Alcachofa de España, que promueve el consumo de esta verdura.
Los productores zafarrayeros esperan para el año que viene que la producción se mantenga estable, aunque temen que pueda bajar levemente. “Una caída grande supondría tirar los precios y sería una ruina para los agricultores durante esa campaña”, asegura Guerrero.
Pero estas condiciones geográficas obligan a cultivar una sola vez cada temporada (un colmo), cuando en el resto de zonas como Murcia, Levante o Navarra puede producirse más cantidad en dos colmos.
La denominada ‘alcachofa de verano’ tiene gran demanda, sobre todo, en Cataluña, Levante mediterráneo y Madrid y para los restaurantes ubicados en estas zonas supone un alivio y un soporte para lograr cubrir el desabastecimiento que se produce cuando acaba la temporada de cultivo (abril-mayo).