Pequeñas empresas apuestan por el cambio, por la transición de cultivos tradicionales a cultivos orgánicos. “No es fácil, requiere su esfuerzo y tiempo, pero es totalmente posible”, explica José Antonio Arenas, de Señorío de la Vega. Los consumidores también empiezan a diferenciar más y demandar más la producción ecológica. “Nosotros hemos vendido absolutamente toda la producción que teníamos y, si hubiésemos tenido un 50% más, también lo hubiésemos vendido”, explica Arenas.
Son distintas las técnicas que este agricultor cordobés, junto a su agrónomo, están implementando. La meta principal es dejar de usar productos químicos para apoyarse sólo en fertilizantes y tratamientos 100% naturales. Por ejemplo, la mosca, años atrás, le ha hecho considerables estragos y para ello utilizaba tratamientos químicos, explica. Sin embargo, este año prácticamente no la han tenido. “Creemos que los tratamientos funcionan, porque sabemos que mosca, en general, sí ha habido. Tenemos mosqueros para comprobar cuánta población ha habido y esa es la prueba que necesitábamos”, comenta Arenas.
La campaña de fruta de hueso no ha sido la mejor de los últimos años. Sin embargo, “nosotros, que hacemos ciruelas, hemos empezado trabajando en torno al euro y hemos terminado la campaña trabajando a 0,80 euros. Podemos decir que la media han sido 85 céntimos, y con esa media en un año pésimo, ha sido un balance bueno para nosotros”, comenta Arenas.
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José Antonio Arenas Molina
Señorío de la Vega
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