La decisión de levantar el boicot de los tomates turcos corresponde ahora al gobierno ruso, pero el Ministerio de Agricultura no ve ningún "obstáculo técnico". Esa es la conclusión de las negociaciones que tuvieron lugar entre Turquía y Rusia la semana pasada. Después de las negociaciones, el Secretario de Agricultura de Rusia, Evgeniy Gromiko, comunicó que compartirá su postura, de que no hay objeciones técnicas, con el gobierno ruso.
De esta forma, el camino está formalmente claro para poder levantar el boicot, aunque durante la rueda de prensa, Gromiko expresó que podrían pasar meses antes de que la importación de tomates turcos pueda comenzar otra vez, para dar oportunidad a los productores de planear su producción. Según Rusia, se invirtieron 3.000 millones de dólares en cultivos de invernadero en los últimos diez años. En las negociaciones rusas, estas inversiones y la protección de los productores de tomate rusos fueron constantemente enfatizadas.
Probablemente las empresas turcas más importantes, que producen y comercializan tomates, serán las que tendrán acceso al mercado ruso principalmente. El servicio fitosanitario ruso, Rosselkhoznadzor, inspeccionó varias compañías de tomate a principios de este mes. La rastreabilidad es un factor importante para los rusos a la hora de elegir a los grandes exportadores.
Mehmet Danis, Secretario de Alimentación, Agricultura y Ganadería de Turquía, comenta que el obstáculo, para levantar la prohibición de importación de tomate, es el decreto del gobierno. Espera que el gobierno ruso apruebe una enmienda al decreto, para abrir el camino a la importación de tomates.