El kale tiene cada vez más demanda en el mercado. Aunque su uso todavía no está muy extendido en Italia, se ha convertido en un básico de todas las dietas saludables en los Países Bajos, Alemania, Gran Bretaña, Escandinavia y los Estados Unidos.
"En Caab-Centro Agroalimentare di Bologna, lo vendemos principalmente a restaurantes, pues algunos chefs lo usan para la pasta o como base de algunos platos. Tiene unas propiedades nutricionales considerables y gusta a la gente porque su sabor se asemeja vagamente a los grelos", explica el operador Roberto Bortolotti.
En el norte de Italia, la cosecha comenzó a finales de agosto y continuará unas semanas. Los precios al por mayor son de 3 euros por kilo. En una plataforma en línea muy famosa (FruttaWeb), las cajas de 3 kilos se venden por 22,95 euros (es decir, 7,65 euros por kilo), mientras que las porciones de 650 gramos se venden por 3,99 euros (6,13 euros por kilo).
Desde un punto de vista agronómico, el kale no crece bien en rastrojos o en un suelo en el que se hayan plantado otras crucíferas, tomates, legumbres o fresas. Existen numerosas variedades de kale de distintos colores, texturas de hoja y periodos de cultivo.