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Chile: Crean un sello para certificar los productos orgánicos
Para que un alimento sea orgánico, todo el proceso productivo y de comercialización que hay detrás de él debe cumplir con los estándares técnicos que exige la normativa. Esto incluye el aislamiento del predio para evitar contaminación de vecinos; el manejo y conservación del suelo a través de la aplicación de humus, compost u otra material rico en materia orgánica; que la vegetación nativa que lo rodea sea resguardada; que no exista ningún tipo de contaminación y que esté prohibido el uso de productos sintéticos y/o químicos para el control de plagas.
¿Cómo saber, entonces, si el producto que estoy comprando es realmente orgánico? Desde 2007, todo producto orgánico que se vende en el país debe contar -por ley- con una certificación que acredita que estos estándares en la producción se cumplen y cuya fiscalización está a cargo del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Y cualquier consumidor puede exigirla.
Pero eso ocurre poco en la práctica, razón por la cual el SAG -por mandato legal del Ministerio de Agricultura- dio curso a la creación de un sello oficial que distinga a los productos orgánicos, ecológico y/o biológicos.
Fue así como nació el Sello Orgánico: un distintivo que deberán llevar -por obligación- todos los productos procesados que se ofrezcan y promocionen bajo ese concepto.