Cajamar presentó ayer su exhaustivo Análisis de Campaña, que ya sopla 18 velas, ante más de 200 profesionales del sector, que ha ido de la mano de una actividad que, con la industria auxiliar, representa más de un 30% del PIB provincial. Una temporada 2016-2017 que pulverizó cifras y que tuvo al frío polar centroeuropeo como el mejor socio de negocio.
Fruto de esta alta demanda y de la escasez de género de otros competidores, el suflé de los precios medios se elevó un 20% y el valor de la producción un 17%, mientras los costes se mantuvieron estables: el paraíso para cualquier productor agroalimentario. La superficie invernada creció un 1,5% hasta situarse en 30.456 hectáreas y la producción se redujo un 2,6% hasta frisar los 3,3 millones de toneladas.
Estas cifras de alzas continuadas en el valor de la producción almeriense contrasta, sin embargo, con el lamento cotidiano de los productores por la caída continuada de la renta agraria en el sector de las frutas y hortalizas.
Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, ejemplificó este rally alcista con el dato de que en los últimos nueve años la facturación del sector ha subido un 60% al pasar de 1.300 millones de euros a la cifra de 2.100 millones. También ha crecido en ese mismo periodo en 4.300 hectáreas la superficie invernada y las empresas han incrementado el porcentaje de importación del 55% al 76%, aunque han disminuido las ventas a terceros países para centrarse el sector casi exclusivamente en el mercado comunitario.
Con las cifras en manos, ha sido esta última la verdadera década prodigiosa del invernadero almeriense, más aún, si cabe, que la de los 80 y los 90.
Expresó, sin embargo, Roberto García, su preocupación por el hecho de que en los últimos años esté disminuyendo la superficie de control integrado de plagas, que tan buenos réditos de salubridad ha dado al campo almeriense, “y no tenemos que dejar que eso ocurra”.
El informe evidencia también un aumento de las superficies medias de una a dos o tres hectáreas y una mayor profesionalización de los productores.
El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde Noche, calificó al sector hortofrutícola almeriense como “referencia naconal e internacional, sustentado en su capacidad de adaptación al mercado y por la incorporación de tecnologías”.
Fuente: lavozdealmeria.es