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La chumbera o tuna, alimento del futuro

El nopal (higuera de pala, tuna o chumbera, entre otras denominaciones) debe ser considerado como un activo valioso, especialmente como alimento y pienso para el ganado en áreas de tierras secas.
Si bien la mayoría de los cactus no son comestibles, las especies del género Opuntia tienen mucho que aportar, en especial si se gestionan como cultivo en lugar de planta que crece silvestre. Hoy tiene importancia agrícola la subespecie Opuntia ficus-indica, introducida en 26 países más allá de su área de distribución natural. Su gran resistencia la convierte en un alimento útil de último recurso y parte integral de los sistemas agrícolas y ganaderos sostenibles.
“El cambio climático y la creciente amenaza de las sequías son razones importantes para promover el humilde cactus al estatus de cultivo esencial en muchas áreas”, aseguró Hans Dreyer, director de la División de Producción y Protección Vegetal de la FAO.
La capacidad del nopal para sobrevivir en climas áridos y secos lo convierte en un elemento clave en la seguridad alimentaria. Además de proporcionar alimentos, el cactus almacena agua en sus palas, convirtiéndose así en un “pozo” botánico capaz de suministrar hasta 180 toneladas de agua por hectárea. La presión prevista sobre los recursos hídricos en el futuro convierte a los cactus en “uno de los cultivos más importantes para el siglo XXI”, asegura Ali Nefzaoui, investigador basado en Túnez del ICARDA.
Los rendimientos de las Opuntia cultivadas con fines comerciales varían sustancialmente según el lugar, variedad cultivada y técnica agrícola. En Israel, Italia y en las áreas donde se usa regadío en México es habitual recolectar más de 20 toneladas de fruta por hectárea es común –incluso se han reportado algunos pocos casos de rendimientos de 50 toneladas-, pero la producción es menor en la mayoría de las zonas áridas y con agricultura de secano.
 

Fuente: fao.org
Fecha de publicación: