Según Bagnara, la investigación genética italiana es célebre en el extranjero, pues el "gusto" de los obtentores italianos se considera superior al de los investigadores de otros países.
"Está claro que los compradores, principalmente, buscan productos de masas, pero necesitan algo diferente o vinculado a varios territorios para satisfacer a los consumidores más exigentes, y las producciones italianas se venden bien. Algo similar ocurrió hace poco en una feria en Turquía, donde algunos operadores de Oriente Próximo preguntaron por la oferta italiana".
Bagnara hablar ahora de la investigación a nivel nacional: "Todo el mundo intenta integrar la cadena aguas abajo, es decir, entre los productores y los consumidores, pero muy pocos se centran aguas arriba en la investigación, los viveros y los productores".
Últimamente, han sido muy pocos los recursos públicos destinados al sistema de investigación italiano, y la mayoría de los programas han sido encargados por empresas privadas y OP en particular, en lo que al sector hortofrutícola se refiere. De este modo, la investigación se focaliza en lo que el mercado demanda realmente.