El cultivo del kiwi en la comarca del Bajo Nalón, cuya campaña de recogida acabó con el año, encara el 2018 “con optimismo, porque la cosecha resultó exitosa de un modo casi inesperado”, según señala Juan García, gerente de Kiwinatur. La empresa, radicada en Pravia y con 35 hectáreas de cultivo en las vegas de Forcinas y Santianes, cosechó unas 3.000 toneladas de kiwi, cuyo fin para el nuevo ejercicio está “en destinar un 80 % al consumo nacional y el 20 % restante a la exportación”.
Son buenas perspectivas para esta fruta, presente desde hace 30 años en el curso bajo del Nalón y que se ha convertido en un emblema de la industria agrícola comarcal. Su renombre ha trascendido más allá de Asturias y ha alcanzado “la categoría de mejor kiwi de España”, según coinciden en valorar los responsables de Kiwinatur y Kiwis La Isla, las dos mayores empresas dedicadas a este cultivo en el Bajo Nalón. Las razones de este éxito, según Alejandro Lechado, director general de Kiwinatur, están en el propio entorno natural: “el suelo es fértil, hay un microclima con las temperaturas ambientales adecuadas, la orografía hace que el río baje con mucho caudal y con limos, y hay la humedad y la insolación idóneas para que el kiwi se desarrolle de modo óptimo”.
Cerrada la campaña, ahora se trata “de seguir consolidando el kiwi asturiano” y beneficiarse “de que las cosechas de Grecia e Italia, que son nuestro competidor directo en Europa, no han sido tan buenas como la nuestra”, constata Juan García.
Juan Cima, responsable de Kiwis La Isla, tiene expectativas parecidas para este ejercicio: “La perspectiva para 2018 es buena, pero más que por la cosecha en sí, por el mercado europeo: en Italia este año hubo un 30-40% menos de fruta y eso repercute en el precio de mercado”.
Los primeros cultivos en la comarca se emprendieron a mediados de los años 80, y a finales de la década, cuando comenzó a ser un producto habitual en los supermercados de España, se empezó también a hablar del kiwi del Nalón. Hoy, el futuro parece halagüeño, aunque Juan García matiza que “este buen resultado hay que asumirlo con prudencia”, ya que una cosecha de éxito “no garantiza que las siguientes también lo sean”.
Con todo, “tenemos un producto de primera, que además mejora en calidad año tras año”, insiste Alejandro Lechado. “Debemos estar orgullosos de que un producto tan sano y tan sabroso sea ya una referencia a nivel nacional y europeo”. Al margen de emprender otros cultivos, empresas como Kiwinatur no descartan en un futuro “promover una IGP -Indicación Geográfica Protegida- para que las administraciones tengan presente lo que los profesionales de toda España ya saben”, explica Lechado. Y aunque “todavía es demasiado pronto” para plantear una Denominación de Origen, no parece un horizonte descabellado.
Fuente: lainformacionbn.es