España: Mercamadrid aumenta el control para que nadie compre antes de la apertura
En un comunicado, las asociaciones minoristas Adefruta, Cocam y Fecoam señalan que es una práctica habitual que los comerciantes accedan de madrugada al mercado. Factores como “las limitaciones que imponen las normas de descarga en las ciudades”, “los reglamentos de los mercados, galerías y mercadillos”, o los problemas de tráfico “han producido de facto un adelanto notable en la hora a la que se producen las ventas de fruta en Mercamadrid”, explica el documento.
Desde el pasado jueves, los comerciantes se han encontrado con puertas cerradas y un dispositivo de seguridad más fuerte de lo normal. Los minoristas apuntan que la asociación de mayoristas Asomafrut ha podido presionar a la dirección general de Mercamadrid para endurecer el acceso. Las portavoces de Mercamadrid y Asomafrut niegan tales presiones y aducen que el cierre de los accesos a las naves responde a las medidas de seguridad propias de unas instalaciones de estas características. Respecto a las compras fuera de horario, Mercamadrid admite que se realizaban algunas compras 15 o 20 minutos antes de la apertura, pero niega que se produjera ningún tipo de transacción de madrugada.
Una ratonera
Alberto Chamarro, representante de la Federación Comerciantes Ambulantes (Fecoam), afirma que este sector está especialmente afectado por la medida. “Mercamadrid es una ratonera por la mañana, y muchos de nosotros tenemos que ir a vender a pueblos muy alejados”, explica. “Es muy difícil llegar a tiempo a nuestros negocios entrando a las 5.00”. El gerente de Adefruta, Alejandro González, señala que la nueva situación supone un duro golpe para las micropymes. “Esas fruterías regentadas por tres o cuatro personas no pueden permitirse estar en Mercamadrid y en la tienda al mismo tiempo”, apunta.
Horarios de 8.00 a 17.00
González destaca que la medida “beneficia a los vendedores”, porque fomenta la “compra nerviosa”; es decir, que los compradores se ven forzados a aceptar los precios de los ofertantes sin regatear, lo que incrementa el precio de venta al público. Chamarro asegura que las restricciones del horario “son la punta del iceberg”, y que las empresas fruteras mayoristas “van a seguir intentando eliminar a los pequeños imponiendo horarios imposibles”.
Fuente: elpais.com