Otro problema derivado de esta acumulación de agua es la imposibilidad para los productores de entrar en sus terrenos a aplicar herbicida. "En muchos casos habrá que esperar también para poder realizar los tratamientos fungicidas", explicó Díaz. "Pinta mal el año, a ver qué pasa con las patatas que hay sembradas. El problema afecta, sobre todo, a las que están recién plantadas y han sufrido una acumulación importante de agua", añadió.
La solución más inmediata en las parcelas que no son arenosas y que no han conseguido filtrar el exceso de precipitaciones, es que los agricultores esperen a que se sequen para volver a plantar los tubérculos, con el riesgo de que no haya patata de siembra en los almacenes.
Por su parte, el presidente de la Indicación Xeográfica Protexida Patata de Galicia, Guillermo Budiño, señala otro problema: la presencia de malas hierbas que se alimentan de los elementos nutritivos del terreno y, además, incide en que "el peligro más importante que hay a día de hoy es que las patatas que fueron sembradas de manera temprana pueden sufrir un ataque de mildiu por la humedad y las temperaturas suaves". Budiño recomienda que, "tan pronto como se pueda entrar a los terrenos, y antes de que aparezca la plaga, se aplique un tratamiento anti mildiu ya que, de lo contrario, será muy difícil de erradicar".