Agricultores estatales y campesinos priorizan ese tipo de labranza en el sur y centro del territorio con el compromiso de fomentar plantaciones, suplir necesidades fabriles y acrecentar las ventas al exterior con vistas a beneficiar la economía nacional.
El ingeniero Reinaldo de Ávila Guerra, director de la Unidad Empresarial de Base dedicada al auge piñero, precisó que el huracán Irma y los posteriores daños de los últimos meses atrasaron las siembras y perjudicaron cosechas, pero de enero a la fecha hubo un notable mejoramiento.
La más apetecida en el continente europeo es la especie MD-2, introducida en la tierra avileña en 2012 y la única que se cultiva en Cuba, de la cual existen más de un centenar de hectáreas, mientras las restantes superficies están cubiertas por la Española Roja, extendida asimismo a otras provincias.
Ávila Guerra subrayó que disponen de abundantes posturas para ambos géneros, recursos técnicos y deseos de trabajar, entre tanto las pequeñas fábricas y el combinado de Ceballos procesan actualmente el fruto para su comercialización en los mercados locales, el turismo, las placitas y otros puntos de venta.
El ingeniero Wilver Bringas Fernández, director general de la Empresa Agroindustrial Ceballos, dijo que disponer de dos tipos es una gran ventaja, pues la MD-2 llega a unas 80 toneladas por hectárea, mientras la otra alcanza únicamente la cuarta parte, pero es más resistente al cambio climático y demanda menos insumos.
Ciego de Ávila posee todo un historial en la producción piñera, con altas y bajas en sus planes de cosecha, aunque en estos momentos se ha estabilizado dada la introducción de moderna tecnología.