En estos parajes imaginar poder cultivar lechugas y tomates es casi fruto de una alucinación. Pero en el mundo existen personas que su imaginación va más allá de la lógica y que consiguen crear innovaciones inimaginables.
Este es el caso del científico noruego Kristian Morten Olesen, y su empresa Desert Control, que ha desarrollado una tecnología llamada Liquid NanoClay “Nano Arcilla Líquida” (LNC) que combina las nanopartículas de arcilla y agua para transformarlas en un nuevo material. Este producto permite que incluso el suelo árido del desierto se convierta en un lugar adecuado para la siembra.
La baja capacidad de retención de líquidos de la arena del desierto hace imposible el cultivo. Pero cuando el desierto entran en contacto con el LNC este suelo árido y arenoso empieza a retener el agua convirtiéndolo en un suelo fértil. El LNC cambia completamente sus propiedades físicas.
Una prueba de éxito
El Faisal Mohammed Al Shimmari llegó a un acuerdo con Deset Control para realizar una prueba de Liquid NanoClay el diciembre pasado, y dos áreas fueron plantadas con una selección de cultivos: tomates, berenjenas y okra.
Una fue tratada con LNC mientras que una segunda área de control no fue tratada.
En declaraciones a la BBC el Faisal aseguró que el área no tratada usó casi 137 metros cúbicos de agua para riego y la que se trató con LNC utilizó solo 81 metros cúbicos.
El componente se aplicó en el sistema de irrigación común a lo largo del área que se quería tratar. El suelo tratado conservó el agua como una esponja, creando una capa de 40 a 60 cm de tierra fértil.
Por ahora Desert Control ha realizado pruebas piloto con LNC en China, Paquistan y Egipto, todas ellas con éxito. Pero el coste del tratamiento por hectárea de desierto varía de 1500 a 8000 euros, dependiendo del tamaño del proyecto. Estos precios tan elevados hacen que sea un proyecto demasiado caro para poder aplicarlo por parte de la mayoría de agricultores.