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Las trabas para la uva chilena en el mercado internacional

Un escenario complejo están atravesando los productores y exportadores de uva de mesa, la principal especie frutícola de exportación local. Las exportaciones de esta fruta anotaron ventas por US$ 1.136 millones en la temporada pasada, lo que se tradujo en una caída de 11,1% en comparación con la campaña 2016-2017. A su vez, las hectáreas sembradas de esta uva representaban un 20,8% de la superficie frutícola nacional en 1997, mientras que el año pasado constituían un 15,3%.

La disminución en los retornos de los embarques de uva de mesa y el menor interés por crecer en plantaciones de esta fruta ha sido patente, sobre todo, en las regiones del norte chico.

El presidente de Empresas Sutil y director de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Sutil, sostuvo que las principales complicaciones radican en que las variedades de uva de mesa con mayor presencia en Chile ya no son tan aceptadas por los mercados internacionales. "Variedades como la flame, sultanina, crimson y red globe son las más comunes en Chile. En todas hay complejidades, aunque los productores más eficientes podrían mantener buenos resultados en sultanina y crimson", dijo. El empresario afirmó que, de todos modos, "es necesario el recambio. De hecho, cerca de un 20% de la superficie local está en ese proceso. Eso sí, ve complejidades en los envíos de uva desde Atacama y Coquimbo. "Allí se perdió la ventana que poseía Chile en el exterior con sus cosechas más tempranas. Países como Perú, Brasil y Estados Unidos tienen variedades más tardías, que son más valoradas por los mercados externos", afirmó.

La presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte y también directora de la SNA, María Inés Figari, define como "triste" la situación de la uva de mesa en la Región de Coquimbo. "Las complicaciones han golpeado muy fuerte a los agricultores, porque las liquidaciones que están llegando no están siendo positivas", manifestó. Para la dirigenta gremial, otra de las dificultades se funda en la antigüedad de las plantaciones que hay en la zona. "En la región, el promedio de edad de las plantaciones es de 24 años. Esto crea un problema grave, ya que son variedades que no están siendo consideradas en el extranjero. Lamentablemente, la uva de mesa era casi un monocultivo hasta que surgieron los inconvenientes", dijo la timonel del gremio nortino.

La presidenta de la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), Lina Arrieta, tiene una mirada similar. "Anteriormente, más del 50% de nuestras exportaciones de uva de mesa se dirigían a Estados Unidos. Hoy eso ha bajado y los compradores asiáticos exigen variedades más resistentes, porque el trayecto hacia esos mercados es más largo", afirmó.

Figari indicó que una de las alternativas es potenciar la venta de pasas, ya sea por mano propia o a través de terceros. Sutil, en tanto, plantea que cítricos y almendros podrían tener buenos resultados en la zona. Arrieta sostuvo que la apuesta en Copiapó sigue en la uva, pero los cítricos y los olivos también podrían tener potencial.

Perú, Estados Unidos o Brasil se han convertido en dura competencia para los productores nacionales.


Fuente: El Mercurio
Fecha de publicación: