Las perspectivas del kiwi están mejorando, pues se ha dado una recuperación cuantitativa con respecto al año pasado. La campaña 2017 fue particularmente negativa, aunque según la Alleanza delle Cooperative Agroalimentare (Alianza de las Cooperativas Agroalimentarias) este año se ha registrado un incremento del 18% en la producción, sobre todo gracias a la variedad de kiwi amarillo y al crecimiento registrado en las regiones del Lacio y Véneto.
La producción total será de 435.000 toneladas, cantidad por debajo de la media productiva italiana: un 11% menos en comparación con los años 2013-2017. Los cultivos se han visto fuertemente afectados por problemas fitosanitarios como la bacteriosis, las muertes de plantas y la Halyomorpha halys. Además, ha hecho mal tiempo en los últimos meses.
La mejora productiva también debería traer resultados en cuanto a comercialización; el año pasado se produjo un descenso en las exportaciones. Sin embargo, las perspectivas para la próxima campaña son positivas por el aumento de los volúmenes. El coordinador de la Alleanza Cooperative Agroalimentari, Davide Vernocchi, explica: "Estamos prestando mucha atención al fuerte aumento de las importaciones de kiwi de origen griego. Solo en Italia, ha habido un incremento del 39% en los últimos cuatro años: de 1.780 toneladas en 2013 a 26.468 toneladas en 2017".
Vernocci continúa: "Deberíamos seguir trabajando en la cualificación de la oferta italiana y en la apertura de nuevos canales hasta mercados extranjeros como Japón. Es un desafío que debemos abordar para promocionar un producto del que Italia es el primer productor de Europa y el segundo del mundo, por detrás de China.