El retraso de casi un mes que por cuestiones climatológicas ha tenido este año en Huelva la maduración de las variedades más extratempranas de mandarina, ha provocado que su producción se haya visto solapada con la de aquellas otras que le siguen cronológicamente en el tiempo, y que suponen el grueso de la variedad más comercializada en España, la clemenules.
Un hecho que ha provocado que, “a pesar de que las primeras variedades que se cortaron tuviesen un valor comercial importante, ahora estemos atravesando unos momentos complicados de mercado y la fruta está saliendo muy lentamente, y no al precio que debería”.
Así lo señaló el presidente de la Asociación Citricultores de la Provincia de Huelva –ACPH–, Lorenzo Reyes, durante el III Foro Citrícola de la Provincia de Huelva que, por tercer año consecutivo, organizaron la Diputación Provincial y la Asociación Nacional de Producción Ecológica –Ecovalia–.
A pesar de ello, Reyes puso en valor la importancia de la citricultura onubense, en especial de la mandarina extratemprana, cuya producción sigue un año más liderando la provincia de Huelva en Andalucía, y que según sus palabras ya ha superado en volumen a la naranja en una proporción del 45% para la primera, y un 45% en el caso de la segunda, de una producción total esperada para la presente campaña de 590.000 toneladas de cítricos, a los que se destina una superficie total que oscila entre las 18.000 y las 19.000 hectáreas.
Sobre la situación actual y el futuro de la citricultura, que a la vez se erigió como uno de los principales contenidos del foro, Reyes destacó el momento de “incertidumbre” que vive el sector, sobre todo por la entrada en los mercados consumidores de fruta procedente de países del hemisferio sur, especialmente de Sudáfrica.
Y es que como precisó el presidente de la ACPH, “uno de los grandes problemas no solo de la citricultura actual, sino la agricultura en general, es que al estar en un mundo cada vez más globalizado, cualquier producto que destaca por su rentabilidad económica, incrementa rápidamente su producción en otras zonas del mundo, provocando que en determinados momentos, variedades que están ya muy asentados y estables, tengan problemas económicos derivados de la sobreoferta”.
En palabras de Reyes se trata de un problema “cíclico”, ya que “hay momentos en que un cultivo adquiere una rentabilidad bastante interesante, hasta que aumenta su producción y cae, obligándonos a estar en permanente actualización y desarrollo de nuevas variedades”. Un asunto en el que Huelva siempre ha destacado por su “agilidad y buenas técnicas de cultivo, lo que permite a la citricultura onubense, teniendo en cuenta su climatología, trabajar con aquellas variedades económicamente más rentables en cada momento”.
Algunas de ellas son, sin duda, las variedades extratempranas, que dada la situación “se solapan ahora con las producciones de segunda temporada del hemisferio sur, lo cual provoca que en el mercado haya siempre abastecimiento de este tipo de fruta, que cuando no se importaba de dicha parte del mundo era para Huelva mucho más interesante desde el punto de vista económico”.
Fuente: huelvainformacion.es