¿Por qué la frambuesa suena tanto últimamente como posibilidad ya no para el futuro sino para el presente de la agroindustria peruana? Son varios factores, pero sin duda uno de los principales es que ayudaría a diversificar la canasta exportadora peruana (algo muy necesario si vemos los problemas que ya está enfrentando la palta por saturación), y, sobre todo, porque sería una alternativa realista para los pequeños productores que no cuentan con grandes capitales para invertir como sucede, por ejemplo, en el arándano.
Felipe Rosas, vocero de Rconsulting Group, destaca esos aspectos y agrega otro que facilitaría el camino: los mismos clientes que compran hoy el arándano peruano estarán interesados en adquirir las frambuesas que se produzcan en Perú.
“Todas las empresas que importan arándano de Perú van a querer la frambuesa peruana. Los que mueven arándanos compran mora en México, fresa en España y frambuesa fresca en el Perú, pueden hacer una canasta y hacen así un contraste que le gusta mucho al consumidor”, declara.
Crecimiento vertiginoso
Para dar una idea de la magnitud del negocio, el especialista refiere que a nivel mundial la producción de arándanos llega a un aproximado de 700 mil toneladas, en tanto que la de frambuesas está en 600 mil toneladas, especialmente por el apetito que hay por el fruto en fresco (también se despacha en congelado y con otros procesamientos, pero son mercados más reducidos y complicados). Observa que un solo productor como México logra 130 mil toneladas del fruto.
Rosas sostiene en esa línea que Perú cuenta con un activo importante para el negocio como es el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, que es un excelente hub ya que se encuentra a solo 5 horas y media de viaje hasta Miami (puerta de entrada a Estados Unidos) y a menos de 10 horas de Inglaterra (otro mercado importante que paga muy bien), lo que garantiza que la fruta llegará en perfecto estado. Los traslados por vía marítima todavía no se dan porque la tecnología aún no lo permite.
Para aprovechar este panorama, dice, además de mejorar la conectividad, lo importante es movilizar al pequeño productor con apoyo del Gobierno y en asociación con el sector privado, ya que se puede aprovechar el territorio de la sierra peruana que es justamente donde se encuentran los núcleos más duros de pobreza del país.
El vocero aconsejó igualmente no dejar de mirar el mercado interno, ya que en las últimas décadas las ciudades del interior del país han crecido mucho y se han modernizado, con lo que el porcentaje de frutas que el público adquiere también va en aumento
Fuente: agraria.pe