El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció ayer la congelación de los precios del gas, la electricidad y de los carburantes como medidas de choque para "apaciguar" las protestas de los llamados "chalecos amarillos".
En una declaración televisada, Philippe consideró que "ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación", y adelantó que también se suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra de las demandas originales del movimiento.
"Esta cólera, que viene de lejos y durante mucho tiempo ha estado muda, hoy se expresa con fuerza y de forma colectiva. Habría que estar sordo y ciego para no verla y escucharla", señaló el primer ministro, quien dijo que se abrirá un diálogo nacional para revisar por completo el sistema fiscal francés.
El Ejecutivo de Macron había programado a partir del 1 de enero un incremento de las tasas sobre el combustible de 6,5 céntimos de euro por litro para el gasóleo y de 2,9 céntimos para la gasolina, dentro de su estrategia para reducir la dependencia del petróleo y favorecer una economía con menores emisiones de dióxido de carbono para luchar contra el cambio climático.
Con ese nuevo incremento, que se añadía al que se aplica desde comienzos de este año (7,6 céntimos para el gasóleo y 3,9 céntimos para la gasolina) estaba previsto recaudar unos 3.000 millones de euros anuales.
Fuente: EFE