Tradicionalmente las grosellas se venden bien en las Navidades. Parece que la demanda de grosellas en diciembre será de nuevo alta este año. Si en el pasado eran sobre todo los bares, restaurantes y hoteles los que compraban las grosellas para usarlas como guarnición, hoy en día se pueden comprar también en la mayoría de los supermercados durante gran parte del año. La creciente popularidad de las berries se nota también en la venta de grosellas.
La recolecta de las grosellas ha sido temprana esta campaña por el clima cálido, lo que ha prolongado la temporada de venta. El buen verano de este año ha dado un sabor exquisito y una óptima calidad a las grosellas. Las ventas van viento en popa desde la recolecta, viajando las grosellas a todos los rincones de Europa.
Hay muy pocos lugares en el mundo donde se cultivan grosellas y su conservación es una especialidad de los Países Bajos. “De esta forma disponemos durante todo el año de grosellas holandesas de calidad suprema. Se podría decir que eso hace de este producto algo único y hasta exclusivo,” explica Marcel van Lith, de The Greenery.
En The Greenery, la mayor parte de las grosellas se conserva y se clasifica en Zachtfruit Schalkwijk. “Esta centralización nos proporciona la posibilidad de hacer uso de las técnicas de conservación más avanzadas y así estar al día. Invertir en un lugar es siempre más eficiente que invertir en varios a la vez. Poder clasificar la fruta en un centro nos hace flexibles ante la demanda caprichosa del mercado porque necesitamos tener la capacidad para acelerar cuando sea necesario y frenar cuando la demanda disminuya,” comenta Marcel van Lith.
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Marcel van Lith
The Greenery
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