Entran en vigor medidas más restrictivas para el uso de cobre en la protección de cultivos. Dentro de unos años, estará totalmente prohibido. El 1 de enero, entró en vigor el nuevo reglamento europeo y, en consecuencia, las restricciones tanto en cultivo ecológico como integrado.
Cuando llamamos a Michelangelo Garaffoni, técnico de la OP Europfruit, se encontraba esbozando las nuevas directrices junto con sus colegas: "Hay que revisar la manera de aplicar la protección, porque algunos cultivos no pueden pasar sin cobre. Además, es uno de los poquísimos remedios disponibles en el sector ecológico.
La normativa estipula que el uso de productos fitosanitarios con cobre debería reducirse a la aplicación de 28 kg/ha en 7 años. Es decir, una media de 4 kg/ha/año. De esta manera, debería conseguirse reducir enormemente la posible acumulación en suelo y los daños a organismos no objetivos, y al mismo tiempo permitiría controlar las condiciones climáticas que facilitan el desarrollo de infecciones fúngicas.
Andrea Grassi, gerente técnico de Aprofruit, dice: "Necesitaremos sentido común para respetar los parámetros. Sin embargo, en ocasiones parece que detrás de estas decisiones no hubiera un conocimiento técnico de la materia, sino más bien intereses políticos".
Según Luca Molinari, del Consorcio Agrario Adriático, "las empresas que producen estas sustancias tienen que rediseñar las etiquetas para sugerir protecciones efectivas que respeten las nuevas limitaciones. No será fácil".
"La cantidad se ha estimado en un periodo de 7 años porque, en este medio-largo plazo, se sucederán estaciones secas y lluviosas. Si el clima es húmedo principalmente, las infecciones fúngicas tienen un entorno más propicio y, por tanto, necesitamos cobres para contrarrestarlas, en especial en agricultura ecológica".