"Los últimos datos sobre las exportaciones españolas de frutas y hortalizas muestran la pérdida de competitividad de nuestro sistema hortofrutícola e indican la necesidad de nuevos mercados", afirma Marco Salvi, presidente nacional de Fruitimprese, comentando los datos de Fepex (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas). España en 2018 exportó productos por un valor de casi 13.000 millones de euros (un 1% más en comparación con 2017) por el mismo volumen.
Los datos recopilados por Fruitimprese en noviembre de 2018 respecto a Italia indican que en los primeros once meses del año pasado, las ventas cayeron un 11,5% en volumen y un 5,7% en valor, alcanzando unos 4.200 millones de euros (2.000 millones menos en comparación con las estadísticas de 2017). El país está lejos de alcanzar el récord de 2018, 5 millones de euros y un saldo de 1.000 millones de euros.
"La reunión de la Mesa Nacional, que tuvo lugar a finales de febrero, propuso un programa para el inicio de los procedimientos del catastro nacional de frutas, siendo una buena señal, por lo que estamos agradecidos a la subsecretaria Alessandra Pesce. Sin embargo, debemos proceder de manera decisiva, ya que es necesario reunirse de nuevo con la Mesa Nacional para tratar el tema de los expedientes fitosanitarios abiertos, que deben cerrarse lo antes posible, pues debemos recuperar la posición que hemos perdido en los mercados internacionales", agrega Marco Salvi.
Marco Salvi, presidente de Fruitimprese
"Solíamos ser líderes en ventas de productos específicos, mientras que ahora enfrentamos muchos problemas. Un ejemplo es la producción de manzanas, en la que éramos líderes, pero ahora, debido al veto ruso, la sobreproducción de Polonia nos está poniendo en una posición difícil. Lo mismo ocurre con los kiwis, ya que ahora tenemos que lidiar con la producción griega, que es más competitiva que la nuestra debido a los menores costes de producción. También éramos líderes en la producción de uvas de mesa, pero España nos ha adelantado, pues sus inversiones en variedades sin semillas han aumentado significativamente a expensas de los mercados italiano y europeo. Por último, pero no menos importante, en lo que respecta a la producción de peras, sufrimos la competencia con los Países Bajos y Bélgica, también debido al embargo ruso".
"Nuestro historial irrefutable en términos de calidad y seguridad alimentaria no se puede poner en riesgo: debemos explorar destinos alternativos para vender nuestros productos fuera de las fronteras europeas. La última opción en el mercado abierto para nuestras peras y manzanas es los Estados Unidos desde 2013. No podemos simplemente esperar y ver cómo nuestros competidores progresan con el apoyo de sus sistemas nacionales. Hay una prioridad que debemos abordar junto a la Mesa Nacional: completar las negociaciones con China para nuestras peras nacionales, seguidas de las manzanas".
"También debemos iniciar las conversaciones con Vietnam, Tailandia y Taiwán para nuestras manzanas. No hay más tiempo que perder, ya que hay necesidad de proteger los cultivos, el empleo y los productos de la más alta calidad que representan la marca Made in Italy y la conocida dieta mediterránea, que siempre han caracterizado y distinguido a nuestro país y nuestros productos del resto del mundo", concluye Salvi.
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