El viernes pasado, 15 de marzo, el gigante hortofrutícola Greenyard anunció una seria reestructuración en su seno. La pérdida de 422 empleos y la venta de una importante división comercial pusieron fin al modelo de negocios de Hein Deprez que consistía en atraer a los supermercados ofreciéndoles todo tipo de hortalizas y frutas.
Deprez también puede perder el control en cuanto a su participación accionaria, porque Greenyard ya ha comenzado con la ampliación de capital. Según los observadores, será de 70 a 120 millones de euros, siendo una suma que el propio Deprez no va a ser capaz de pagar.
Deuda de 400 millones de euros
El 4 de marzo de 2015, Deprez anunció que sus tres empresas de frutas y hortalizas se fusionaban y, como resultado, la nueva empresa Greenyard podía ofrecer todo "del campo a la mesa". Cuatro años más tarde, este proyecto de fusión parece haber fracasado. La compañía ha perdido el equilibrio totalmente y tiene una deuda de 400 millones de euros, según KBC Securities.
Demasiado ambicioso
Hein Deprez ha sido demasiado ambicioso, como comenta un observador, y no es el único que lo piensa. Incluso el co director ejecutivo Marc Zwaaneveld lo ha referido en el comunicado de prensa del viernes. "La decisión de fusionarse fue bien; la compañía ha crecido mucho gracias a eso. El modelo tiene mucho potencial a largo plazo, pero se ha dedicado demasiado poco tiempo a la integración y consolidación de los diversos componentes", dijo Zwaaneveld.
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Fuente: De Tijd