El control biológico con insectos y ácaros útiles en los viñedos, tanto para uvas de mesa como para aquellas destinadas a la vinificación, se convierte en un elemento fundamental para el control de algunos fitófagos claves, entre los que en los últimos años destaca la cochinilla algodonosa.
El porqué del creciente desarrollo del control biológico en estos contextos productivos está relacionado con las dificultades cada vez más evidentes de contener fitófagos con el empleo exclusivo de productos químicos, debido a los fenómenos de resistencia al uso repetido de los principios activos.
El parasitoide Anagyrus pseudococci
"Por supuesto, enfocamos nuestros esfuerzos en una producción con altos estándares de seguridad fitosanitaria, sin la presencia de residuos no deseados en la cosecha. En el caso de viñedos de producción ecológica, el uso exclusivo de productos naturales en el control de las plagas, por ejemplo con aceite y piretro natural, tiene un fuerte impacto negativo en la entomofauna útil, vinculando el control de las plagas solamente al uso repetido de tales productos y de esta forma imposibilitando un equilibrio natural entre insectos útiles y fitófagos", explica Stefano Foschi, de Bioplanet (Cesena, Italia).
Las observaciones experimentales y la experiencia a través de la aplicación del método en los viñedos durante los últimos cinco años nos han permitido definir una técnica de control de la cochinilla mediante parasitoides y depredadores específicos.
"La base del control es la introducción temprana del parasitoide Anagyrus pseudococci. Este himenóptero, originario de la cuenca mediterránea y, por lo tanto, bien adaptado a nuestras condiciones ambientales, pone huevos en ninfas de Planococcus vitis de segunda y tercera edad, así como en hembras inmaduras, e incluso a veces embarazadas. La clave del éxito está relacionada con la posibilidad de introducir el parasitoide en el medio ambiente a finales de la primavera, antes de que la cochinilla revele su virulencia de manera evidente".
Cryptolaemus montrouzieri, depredador de la cochinilla algodonosa
Esto permite un asentamiento del insecto útil y su reproducción y propagación simultáneamente con el desarrollo de la población de la cochinilla, pero evitando que alcance niveles de nocividad inaceptables. En la fase más avanzada de la temporada, en cualquier brote que se considere peligroso, se realizan introducciones específicas de las mariquitas depredadoras Cryptolaemus montrouzieri, capaces de atacar a las cochinillas en todas las fases de su existencia y de reproducirse al mismo tiempo al poner sus huevos cerca de las presas.
"Es fundamental una estrecha colaboración entre los técnicos de las instalaciones que suministran a los insectos útiles y el personal responsable de la empresa, ya que la puntualidad de las intervenciones y la rapidez con que se distribuye el producto en el campo pueden tener un impacto significativo en el resultado final. Debemos tener en cuenta que los insectos útiles son un medio técnico formado por material vivo, recolectado en un criadero, enviado rápidamente a la plantación y distribuido lo más pronto posible en el campo, ya que la vitalidad y la capacidad de reproducirse y establecerse en el nuevo ambiente es mayor cuanto menor es el estrés sufrido por los individuos introducidos", concluye Foschi.
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