La innovación varietal es uno de los secretos de la calidad que ofrece Surberry, empresa creada en 2014. Su mejor ejemplo es la frambuesa Adelita, de calibre grande, aspecto brillante y larga duración de vida. Estas características la hacen atractiva para todo tipo de consumidores, desde el particular que la adquiere en los lineales del supermercado hasta la repostería de lujo. Así mismo, es fácil de transportar, si se compara con variedades más frágiles, llegando así a clientes más alejados de las zonas productoras.
Surberry cree en el corporativismo. Su producción de 200 hectáreas de frambuesa, 80 de arándanos y 80 de fresas se ubica en España, Portugal y Marruecos. Sus exportaciones se destinan a toda Europa, principalmente a Reino Unido, el Benelux, Italia, Suiza, Europa del Este y Escandinavia. A través de una red con la filial francesa Philippe Fruit Import P.F.I, empresa con más de veinte años de experiencia en el sector, comercializa su fruta en Francia bajo la marca "J'aime les fraises".
“La demanda en general sigue en aumento, siendo el arándano el fruto más popular”, explica Harold Huot. “Sin embargo, el escollo del mercado actual es la falta de organismos regulativos. Sin ellos se crean situaciones inestables, con sobreoferta y fluctuaciones de precios incontrolables”, puntualiza. “En una sola semana los precios pueden triplicarse de forma aleatoria”, concluye el gerente de Harold Huot.
Un ejemplo de esta inestabilidad son "las fluctuaciones metereológicas de las últimas semanas, que pueden provocar un retraso en la campaña en España, mientras que las producciones del norte de Europa tal vez estén antes en el mercado", precisa Harold Huot. "Esta situación perturbará de nuevo el equilibrio frágil de oferta y demanda, y, sobre todo, los precios", apunta el gerente de Surberry.
"Nuestro éxito reside en ofrecer frutas premium 12 meses al año sin interrupción, pudiendo así abastecer una demanda en constante aumento. Esta situación de demanda permanente acabará regulándose, no es sostenible”, comenta Harold Huot.
"Nuestra producción integrada privilegia la calidad y no creemos en volúmenes cada vez mayores en detrimento de esta. Por ello, y siguiendo las tendencias actuales, también tenemos nuestra gama ecológica y estamos aportando los cambios necesarios a nivel de embalaje. Seleccionando el envase adecuado y de mínimo impacto ecológico, podemos transportar volúmenes máximos en espacios mínimos. Optimizando la cadena conseguimos preservar nuestra marca y ofrecer distribución fresca, eficiente y sostenible”, afirma Harold Huot.
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