En los últimos 15 años, la producción de fruta en la República Checa ha disminuido en casi un 20 por ciento. Sin embargo, el país vecino, Polonia, ha duplicado su producción de manzanas, por lo que es el mayor productor de este producto en Europa. El presidente de la Unión Checa de Productores de Frutas, Martin Ludvík, se quejó el domingo de que el sector frutícola de su país se había vuelto dependiente de los subsidios desde que se adhirió a la UE.
En los años 2000-2004, los productores checos cosecharon un promedio de 194.000 toneladas de fruta por año. En 2017 y 2018, sin embargo, la producción fue de solo 157.000 toneladas. Esto creó una espiral negativa. La pérdida de ingresos debido a una menor producción y precios más bajos han reducido la superficie cultivada, informa Radio Praga.
Según Ludvík, en los últimos cuatro años han desaparecido 3.500 hectáreas de huertos. A esto hay que sumarle la mala estructura de edad de los árboles. De las casi 14.000 hectáreas de huertos, el 42 por ciento está realmente "obsoleto", lo que lleva a rendimientos más bajos.
Competencia desleal con importaciones baratas
Con respecto a las manzanas, las importaciones baratas de Polonia suponen un problema. Las manzanas checas solo se pueden vender en las cadenas de supermercados a precios polacos. Teniendo en cuenta los gastos de transporte, embalaje y almacenamiento, a los productores solo les quedan unas cuatro coronas (0,16 euros) por un kilo de manzanas. Esta es una cifra significativamente menor que en 2004, dijo Ludvík.
Por otro lado, pertenecer a la UE ha favorecido el surgimiento de cooperativas frutícolas, que cuentan con el apoyo financiero de la UE.
Instituto de Investigación
Gracias a la financiación de la UE, en 2015 se creó un instituto de investigación para el cultivo de frutas en Holovousy, en Bohemia Oriental. Está destinado a convertirse en un centro de investigación y educación de alto nivel.
Fuente: Radio Praga
