Hace alrededor de cinco años, una joven empresa con fincas en Zaragoza y Lérida, pensó que podía marcar la diferencia en el sector de la fruta de hueso si se especializaba en variedades de nectarina y melocotón de carne blanca con los mismos criterios de alto sabor. Esta estrategia nos solo les ha dado buenos resultados, sino que les ha permitido ‘sobrevivir’ a la crisis de precios que desde hace unos años se cierne sobre este sector.
“Vimos que había un hueco en el mercado en variedades de melocotón y nectarina de carne blanca, que son mucho menos comunes que las tradicionales variedades de carne amarilla. Por esa razón, alrededor de 100 hectáreas de las 140 de producción propia que disponemos, son de fruta de carne blanca”, explica Ernesto Ibáñez, gerente de Ifruits, una empresa familiar fundada en 2006 que, a pesar de su juventud, cuenta con un bagaje de más de 35 años en la producción y comercialización de fruta.
“En un sector castigado por los bajos precios desde hace unos años, no podemos entrar a competir por volúmenes, como han hecho hasta ahora muchas otras empresas. Nosotros creemos que alcanzar un nivel de calidad medio-alto y mantenerlo es más importante. Aunque la apariencia es importante, el sabor de la fruta es primordial. A veces, como consumidores, nos ocurre que compramos un producto insípido o con sabor desagradable y terminamos por tirarlo en la basura, penalizando la compra de este producto durante al menos quince días. Por lo tanto, para nosotros, como proveedores de fruta, cometer dos errores en una misma campaña significaría echar a perder al menos la mitrad de esta”, señala Ernesto Ibáñez.
Entre finales de mayo y principios de junio empezarán a recolectar las primeras nectarinas y melocotones, y el exportador confía en que la demanda empezará a activarse a partir de entonces.
La empresa exporta la mayoría de su producción, principalmente a Francia y Alemania, donde esperan crecer poco a poco en los próximos años. “Desde que empezamos a vender nuestra marca Cuore Bianco, las ventas con nuestros clientes no han parado de aumentar”.
Toda la producción que vende esta empresa es propia, lo cual le permite tener un control total de la trazabilidad, así como de la cantidad y la calidad, algo muy importante para poder trabajar con la gran distribución. “Nuestros clientes saben siempre qué producto se van a encontrar, de dónde procede y cómo sabe, durante los 4 meses que dura nuestra campaña, ya que contamos con variedades con las mismas características durante todo el calendario de recolección. El hecho de producir nuestra propia fruta nos permite poder seleccionar todas las variedades, y nos está funcionando bien”, concluye Ernesto Ibáñez.
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Ernesto Ibáñez
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