Grandes flujos de dinero en efectivo, transacciones inusuales, un intermediario en el extranjero que cobra una tarifa considerable por sus servicios poco claros… La actividad empresarial internacional también conlleva riesgos en el comercio de frutas y hortalizas. "La responsabilidad recae sobre la empresa si no es lo suficientemente crítica", advierten Wilco de Winter y Meryem Deniz, de la empresa holandesa de consultoría BDO. En esta entrevista proporcionan consejos sobre las medidas internas que las empresas pueden tomar.
"En los últimos años, ha habido un mayor enfoque en temas como el riesgo de corrupción, en parte por las regulaciones y en parte por el Gobierno. Parte de la responsabilidad de esto es de los contables, pero también las empresas tienen que estar alerta ante las indicaciones de abusos", dice Meryem. "No siempre está claro si una factura emitida al cliente A es realmente pagada por el cliente A. Si el dinero no proviene del cliente mismo, una empresa debe preguntarse por qué su cliente ha actuado de esta forma. Si un contable tiene dificultades en rastrear un pago, tiene que estar inmediatamente alerta".
"Tenga en cuenta que aquí no estamos hablando de prácticas claramente fraudulentas. Pero sí vemos que muchas empresas pueden, sin saberlo, ser parte de prácticas corruptas, facilitando grandes flujos monetarios. La atención a las descripciones de pagos y a los flujos monetarios es importante en este sentido. Una empresa no debería permitir que haya flujos monetarios innecesarios a través de su organización, ya que las empresas holandesas son internacionalmente consideradas como fiables y, por lo tanto, populares como "gestor principal". Por lo tanto, es importante que las empresas establezcan una política al respecto. Por ejemplo, se puede hablar sobre qué compañías pueden formar parte de su cartera de clientes. No es un ejercicio fácil, pero mediante la formalización de procedimientos se pueden dar pasos en la buena dirección,” comenta Wilco.
"Por supuesto, no todas las transacciones inusuales son una práctica de lavado de dinero. Sin embargo, los empresarios no están locos y cuando algo no tiene buena pinta, conviene dar la señal de alarma o pedir ayuda externa para evaluar la transacción. Afortunadamente, estamos viendo que las compañías están cada vez más alerta, lo que está justificado, porque las consecuencias pueden ser enormes. Una investigación penal puede tener un gran impacto en una empresa: no solo puede haber una multa, sino también un daño considerable a la reputación de la empresa. Por eso es tan importante tomar medidas internamente y minimizar los riesgos", dice Meryem.
“Por supuesto, las empresas no pueden cambiar su negocio en un día, pero lo menos lo que pueden hacer es prepararse bien si ingresan a un nuevo mercado. Es de gran importancia conocer bien a los socios comerciales. Tomemos, por ejemplo, un mercado como Irán: se puede ganar mucho dinero en este mercado, pero con esa opción es posible que se excluyan otros mercados”, advierte Wilco.
"Precisamente porque algunos procesos de negocios han estado llevándose a cabo durante años, las empresas no son conscientes de que ciertas transacciones se definen como inusuales. En los Países Bajos tenemos reglas claras, según las cuales hacemos contratos y transferimos dinero a una cuenta bancaria. Pero no es siempre así en el extranjero. Ahí tienes que enfrentarte con reglas del juego completamente diferentes, como una gran cantidad de dinero en efectivo e intermediarios cuyo papel no siempre es claro. Por lo tanto, aconsejamos a las empresas que estudien a fondo la cultura del país con el que hacen negocios: ¿cuáles son los valores, las normas y los hábitos con respecto a acuerdos, donaciones y pagos? Solo entonces se podrá saber con quién se está haciendo negocios y se puede hacer una comparación con la situación holandesa".
Para más información:
Wilco de Winter / Meryem Deniz
BDO
Tel.: +31 (0)70 3380756
wilco.de.winter@bdo.nl
Meryem.Deniz@bdo.nl
www.bdo.nl/nl-nl/branches/flowers-food