La lluvia incesante de los últimos días y las fuertes tormentas de granizo han dañado un 80% de la producción de melocotones, ciruelas, nectarinas y albaricoques de campo abierto en la zona sur de la Llanura del Sele, en los alrededores de Éboli (provincia de Salerno), según un informe de la asociación de agricultores Confagricoltura Salerno. Muchas de las plantaciones se han inundado por el mal tiempo y el disgusto de los productores es grande.
Giovanni Mellone, empresario agrícola en la Llanura del Sele, que tiene frutales en campo abierto y hortalizas en cultivos protegidos, comenta: "Se han producido severos daños en los árboles de kiwi y la floración fue escasa, lo que va a provocar una baja productividad de los árboles. Algunas variedades de albaricoque o no han producido frutos o su maduración se ha retrasado. Un fenómeno generalizado es el gran retraso de la maduración de las frutas de hueso y la variabilidad del producto. Esta campaña de verano no será la mejor. El retraso en la maduración generará fuertes brechas en el mercado, alternadas con momentos de gran saturación".
Otros empresarios explican que las granizadas no han castigado a toda la superficie de la región, sino en unos lugares sí, en otros no, distribuidos en el mapa como las manchas de un leopardo. Muchos cultivos se han perdido debido a la falta de protección con las mallas antigranizo. El escenario para la fruta de verano es dramático.
Un empresario dice: "Muchas frutas están dañadas por la lluvia y el granizo. El fenómeno del rajado está muy extendido. La alternancia de calor y frío, además de comprometer los cultivos, disminuye la demanda del consumidor, que todavía no tiene ganas de fruta de verano. Tenemos temperaturas tan bajas que todavía tenemos que encender la calefacción por la noche. Un mayo de este tipo no se ha producido en quizás 40 años o más".
También los horticultores de la Llanura del Sele están intranquilos. La situación para el melón es grave. El frío ha provocado el estancamiento vegetativo, los choques térmicos detienen el crecimiento y causan anomalías en los frutos. La demanda de melón es prácticamente inexistente.
La situación de los árboles frutales cerca de los cursos de agua es muy mala: sufren de asfixia radicular debido al exceso de agua. En este caso, el daño provocado por estas lluvias incesantes deberá evaluarse a medio plazo y después de que los suelos se hayan secado.
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Confagricoltura Salerno y sus técnicos están realizando el primer recuento de daños a los cultivos. Ha sido un poco mejor para los cultivos protegidos, tanto con mallas contra el granizo como en invernaderos. Los representantes de la organización agrícola piden al Gobierno que declare el estado de desastre natural.