La start-up israelí TIPA fabrica envases de plástico a partir de biomateriales, que después de su uso se desintegran y se pueden compostar.
Los científicos de TIPA estaban buscando una manera de reemplazar los envases de plástico para alimentos, porque el plástico ha sido un problema importante en Israel y en el extranjero desde hace muchos años. La compañía se inspira en la naturaleza, donde por ejemplo la cáscara de una naranja protege la fruta y se descompone después de desecharla.
Varios supermercados europeos han introducido el envase para embalar la fruta fresca.