Casi al final de la temporada, hacemos un balance de la campaña de los melones escriturados de Sicilia con Carmelo Calabrese, presidente de la organización de productores Fonteverde, con sede en el sureste de Sicilia.
La producción
"La temporada comenzó mal, aunque tenemos que distinguir entre las variedades tempranas, que provienen de los trasplantes de diciembre y enero y que fueron recolectadas entre marzo y abril, y las que se trasplantaron entre febrero y marzo, para las cosechas medias y tardías de mayo y junio/julio", comenta Calabrese.
Carmelo Calabrese
"Con respecto a los primeros trasplantes hemos sido testigos de condiciones meteorológicas adversas que han creado serios problemas en la fructificación. Las temperaturas muy bajas y el mal tiempo han disminuido los rendimientos y han ralentizado el desarrollo de las plantas. Incluso las abejas que utilizamos para la polinización fueron menos efectivas y estuvieron menos disponibles: ha sido difícil encontrar colmenas. Hemos reportado una reducción en la producción del 25-30%. Pero estos problemas no se encontraron en los segundos trasplantes, cuya producción ha ido mejor, en el sentido de que se han acercado a los rendimientos esperados, aunque no han alcanzado el estándar para el período de referencia".
Comercialización
"La comercialización siguió esencialmente la tendencia de la producción. Para los primeros trasplantes, como se mencionó, la producción ha sufrido un descenso pero también las ventas, debido en todo momento al tiempo anómalo y frío. Los precios fueron bajos, con un rango que osciló entre 30 y 45 céntimos por kilo. Con respecto a los trasplantes de las variedades medias y tardías, la situación se ha recuperado a partir de la segunda semana de junio", explica el presidente de la organización de productores.
"Por un lado, hubo una brecha en la producción en el norte de Italia, especialmente para los melones de la zona de Mantua, cuyos volúmenes han sido limitados y cuya cosecha se ha visto retrasada por las condiciones meteorológicas, y por otro lado, el aumento imprevisto de la demanda hizo subir los precios, que se situaron por encima del promedio estacional, con picos de 80 céntimos por kilo. De hecho, en general, al final de la temporada los precios suelen bajar considerablemente".
Desafortunadamente, el final de campaña favorable no ha sido suficiente para cubrir las pérdidas de las primeras cosechas, sino que solo ha mitigado el daño. Los últimos días de junio, ya sin productos sicilianos, se produjo otro aumento en los precios al productor, que casi alcanzaron los 1,00-1,10 euros por kilo.
¿Calidad y competencia?
"El producto en general, a pesar de los resultados iniciales insatisfactorios, siempre ha mantenido un buen estándar de calidad. Las excelentes características organolépticas, desde el sabor, el aroma y la textura crujiente, nunca han faltado hasta estos últimos días de la cosecha. Podemos también decir que este año no hemos sentido la presencia de competencia extranjera, especialmente la africana, ya que los precios iniciales bajos desalentaron las exportaciones a nuestro país. El principal problema fue la falta de demanda de un producto primaveral y estival, debido a una temporada meteorológica anómala", concluye el experto.
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