Tras la reaparición de infestaciones de Halyomorpha halys, la chinche asiática, desde hace varias semanas ya han comenzado las sueltas de su mejor antagonista autóctono, el parasitoide de huevos Anastatus bifasciatus.
Una vez concluidas las discusiones sobre posibles candidatos exóticos cuya liberación se prohíbe por razones técnicas y normativas, Bioplanet se embarcó en un ambicioso proyecto con socios entre los que se incluyen el Consorcio Fitosanitario de Módena, el Servicio Fitosanitario Regional de Emilia-Romaña, la Universidad de Módena y Reggio Emilia y el Centro de Investigación y Producción Vegetal (CRPV), todos ellos de la región de Emilia-Romaña, así como el Servicio Fitosanitario ERSA de la región de Friuli-Venecia Julia.
"El objetivo es la valorización de una especie nativa que, a lo largo de los años, ha demostrado un impacto progresivo sobre las poblaciones de Halyomorpha halys. La llegada de una especie exótica a un nuevo entorno provoca a menudo un trastorno ecológico debido a la falta de equilibrio natural y casi siempre, a lo largo del tiempo, se producen mecanismos para recuperar el equilibrio mediante la adaptación de las especies locales que utilizan al nuevo huésped como víctima. Solo cuando esto no ocurre, el recurso en la lucha biológica ‘clásica’ a través de la importación de enemigos exóticos naturales adquiere un significado, como en los casos recientes de Metcalfa pruinosa y la avispilla del castaño, bien controlados en las últimas décadas con la introducción de sus enemigos naturales importados", explica Andrea Sala, de Bioplanet.
Las sueltas de Anastatus bifasciatus, fruto de la cría en masa, se enmarcan en lo que podríamos definir como una lucha biológica "neoclásica", porque está inspirada en la clásica que, a partir del siglo XIX, ha resuelto enormes problemas en todo el mundo y de la cual la escuela italiana ha sido pionera, pero diferente y moderna debido a las normas que impiden la lucha puramente clásica.
Esta técnica de lucha biológica comparte el mismo enfoque territorial y temporal (de largo plazo) que la clásica, pero se basa en especies locales y autóctonas. Estas especies se han visto reducidas tras largos años de intensificación pero merecen consideración y fortalecimiento en virtud de su adaptación a las nuevas plagas introducidas, para que puedan desplegar su potencial biológico a través de una densa presencia en las áreas cultivadas. Esta presencia quizás se alcanzaría espontáneamente después de muchos años de manera natural, pero sería en un periodo demasiado largo para las expectativas de los agricultores.
Al igual que la lucha clásica, la lucha territorial con las especies nativas cuenta con el apoyo de los investigadores: así, las sueltas italianas de Anastatus con la introducción de decenas de miles de individuos en varias regiones también han tenido la participación de instituciones universitarias y de investigación, así como de servicios fitosanitarios. Las empresas donde se introducen los parásitos son seleccionadas sobre la base de la presencia de agroecosistemas mixtos, donde la propagación de Anastatus también puede realizarse alrededor de los cultivos principales que ataca Halyomorpha halys, para constituir un área de asentamiento estable a lo largo del tiempo.
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