En la empresa de distribución del norte de Alemania Elbe-Obst, la cosecha de cerezas se encuentra actualmente en pleno apogeo. Además de las manzanas, las cerezas de cultivos protegidos son el producto principal de Altes Land en el Elba. Después de la cosecha, las frutas de hueso de producción regional se procesan, clasifican y envasan inmediatamente, tras lo cual se distribuyen por todo el país. "Gracias al alto rendimiento en la clasificación, el proceso completo se puede realizar en muy poco tiempo y las cerezas llegan frescas a nuestros clientes", comentan.
Una plantación de cerezo protegido en Altes Land
El área de cultivo es conocida principalmente por sus variedades de manzanas de alta calidad, pero la superficie dedicada a las cerezas también es grande. La producción de cerezas conlleva una gran inversión, desde el cultivo hasta el procesamiento y la clasificación.
Cerezas frescas de la variedad Kordia inmediatamente después de la cosecha. Una vez que se han transportado a la estación de clasificación y envasado, las cerezas se procesan, clasifican y envasan en muy poco tiempo. Por lo tanto, las frutas llegan lo más frescas posible al punto de venta.
Preparación cuidadosa
Tras la cosecha, las cerezas de Altes Land llegan a la sede central de Elba-Obst. Allí entran en el proceso de enfriamiento rápido, que incluye la humidificación, de modo que la temperatura del núcleo se puede bajar rápidamente. Además, la fruta se mantiene firme a través de este proceso y el tallo conserva su color verde fresco. Después, la fruta entra en el proceso de clasificación: se mete en unos recipientes grandes de agua y cruza un elevador con un remolino, en el que se separan las cerezas unidas por los tallos.
Izquierda: Elbe-Obst cuenta con tecnología de transportadores de vanguardia en la sala de producción. Derecha: cerezas frescas de Altes Land.
En el siguiente paso, un transportador lleva las cerezas a dos empleados que verifican si la separación de los tallos se ha realizado correctamente o si hay que separarlas manualmente. Después de que todas las cerezas se hayan separado, pasan por una máquina que puede detectar daños adicionales con la ayuda de fotografías. Entonces, la cerezas se miden, pesan y clasifican por tamaño. En una hora pueden pasar hasta 4,5 toneladas por la máquina. Estos controles cuidadosos benefician la calidad del producto final.
Izquierda: revisión manual de las cerezas. A la derecha: el tamaño de la fruta y el peso del producto son decisivos para la calidad. Esto se realiza mediante una clasificación fotoóptica.
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Elbe-Obst Vertriebsgesellschaft mbH
Frank Döscher
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