Hasta hace unos años, los champiñones estaban relacionados con el otoño y el invierno. Hoy en día ya no es así y el consumo es estable durante todos los meses del año, generando buenos resultados incluso en verano, según confirma Giampaolo Evangelisti, de la empresa italiana Fungo Cesena.
Giampaolo Evangelisti y Letizia Sirri de Fungo Cesena. El tercer socio es Fabio Montalti.
"En los últimos dos meses hemos obtenido buenas ventas, e incluso en algunos momentos también un incremento notable, en parte por la falta de otras hortalizas debido al mal tiempo. La producción de champiñones procedentes de cultivos protegidos es constante y se encuentra equilibrada con las necesidades del mercado. Estamos satisfechos porque el número de clientes sigue en aumento", comenta Evangelisti.
En el período de verano, la demanda de la gran distribución disminuye ligeramente, mientras que la de los mercados mayoristas aumenta. Esto se debe a que hay un flujo significativo de personas que se desplaza desde las grandes ciudades a los destinos turísticos, y estos lugares a menudo son abastecidos por los mayoristas.
"Las áreas de la Riviera Romagnola, Apulia y Cerdeña han demandado muchos champiñones frescos. Estamos suministrando muchos productos al mercado de Cagliari, por ejemplo. Logramos llegar en un tiempo razonable a las plataformas de la gran distribución y a los mayoristas en toda Italia, y esto nos ha permitido aumentar significativamente las ventas. El valor añadido de los champiñones radica en la frescura. Por eso nuestra cadena de suministro está organizada para que lleguen al punto de venta en 24 horas".
En los últimos meses, Fungo Cesena ha introducido una línea de productos de alta calidad: champiñones frescos del día, cortados a mano y envasados en varios formatos.
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