Las heladas no solo reportan pérdidas en la producción a los fruticultores, sino que generan gastos adicionales por la puesta en marcha de métodos para la mitigación de los daños, como en el uso de equipos de riego por aspersión. En Argentina los productores de frutas de hueso han tenido que enfrentarse a este problema para evitar daños en la cosecha durante las heladas que se registraron a principios de la semana, y que generaron gastos de hasta 30.000 pesos. Para la semana próxima nuevamente se prevé que se registrarán noches con temperaturas por debajo de cero.
Los gastos dependen básicamente de dos factores: el combustible para el funcionamiento de los motores, y la cantidad de horas que tienen que estar encendidos para hacer funcionar las bombas que impulsan el agua a través de los aspersores. El número a su vez se debe multiplicar por la cantidad de motores que se pongan en marcha; y de esto depende la superficie a cubrir.
Algunos productores de Villa Regina e Ingeniero Huergo señalaron que cuentan con alrededor de 20 hectáreas con frutales de hueso y tuvieron que encender tres motores durante tres noches.
A este coste se le deben sumar los gastos en mantenimiento y reparación y los gastos del personal necesario para atender los equipos y realizar los controles del sistema.
De acuerdo a las estimaciones que distintos productores efectuaron, la puesta en marcha de los motores genera un gasto de 450 pesos por hora solo en combustible. La fuerte helada que se registró en la noche del lunes y la madrugada del martes, demandó que los equipos estuvieran en funcionamiento durante al menos 15 horas, generando un gasto de 6.750 pesos por motor en marcha.
Si bien los productores estuvieron en alerta durante la madrugada del jueves por la posibilidad de que ocurrieran nuevas heladas, el viento y la nubosidad que se formó a lo largo de la noche, hizo que los termómetros estuvieran siempre por encima de cero.
Fuente: rionegro.com.ar