¿Podría el azufaifo ser un cultivo frutal alternativo para Nuevo México?
Esa es la idea que una universidad está desarrollando después de ensayos varietales de esta fruta de color marrón rojizo también conocida como dátil chino.
Shengrui Yao, especialista en extensión de frutas de la Facultad de Ciencias Agrícolas, del Consumidor y del Medio Ambiente, de la Universidad Estatal de Nuevo México, ha registrado el nombre de AmeriZao para 34 variedades de la fruta.
"Los azufaifos existen desde hace unos 4.000 años", explica Yao. “En China tienen aproximadamente 800 variedades. Aquí tenemos probablemente 100 más o menos. Se clasifican según su uso, si son buenas para comer frescas o deshidratadas, o para decorar. Algunas tienen múltiples funciones".
La fruta, que alcanza entre el tamaño de una cereza y una ciruela dependiendo de la variedad, es muy dulce y Yao oye que la comparan con frecuencia con una manzana o pera dulce.
¿Por qué Nuevo México?
Entonces, ¿cuál es la conexión con Nuevo México? “Las heladas tardías son un gran problema en la zona. Para las manzanas, los melocotones y los albaricoques, probablemente es lo peor", comenta Yao, señalando que las heladas en Nuevo México a veces no terminan hasta mediados de mayo. "Por lo tanto, se necesitaba una fruta que pudiera producir una cosecha más fiable y los azufaifos florecen realmente tarde".
En el clima de montaña semiárido, los azufaifos, que se producen en árboles pequeños, comienzan a salir a mediados o finales de abril, incluso a principios de mayo (a diferencia de las manzanas o la fruta de hueso, que florece en marzo o abril, haciendo que los productores esperen hasta mayo para descubrir si tienen cosecha o no). "Pueden evitar las heladas y pueden ofrecer una cosecha fiable cada año", expresa Yao. "También florecen durante mucho tiempo, de mes y medio a dos meses".
Además agrega que en la zona, la gran diferencia entre las temperaturas diurnas y nocturnas ayuda a aumentar la acumulación de azúcar en la fruta. Los azufaifos crecen y producen fruta de alta calidad no sólo en Nuevo México sino también en el semiárido suroeste de los Estados Unidos.
Como conclusión, Yao señala que para proporcionar árboles a los productores comerciales de frutas, hay que asociarse con viveros para producir la cantidad necesaria para el mercado.
Para más información:
Shengrui Yao
Universidad Estatal de Nuevo México
Tel.: +1 (505) 852-4241
yaos@nmsu.edu
https://aces.nmsu.edu/jujube/