En un acto de protesta convocado por las organizaciones profesionales agrarias francesas FNSEA y Jóvenes Agricultores, miles de manifestantes se congregaron el martes 22 de octubre delante de sus respectivos ayuntamientos para protestar. Esta concentración se produce después de que el 8 de octubre 10.000 agricultores bloquearan las principales carreteras de Francia como acto de protesta por el sector agrario.
El motivo de estas manifestaciones y protestas se debe a que los agricultores franceses no quieren que la agricultura sea la cabeza de turco de los acuerdos comerciales (como el CETA con Canadá o el acuerdo con Mercosur) o de las venganzas de otros países por los paneles perdidos contra la UE frente a la OMC (como los aranceles de Trump).
Tampoco quieren que la agricultura sea la cabeza de turco en las promesas electoralistas, sin base científica y fácil difusión pero de difícil implementación, que los políticos hacen ante su electorado, como es el caso de las medidas de sanidad vegetal. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los agricultores franceses es la última propuesta de Macron sobre el establecimiento de áreas sin tratamiento de pesticidas.
Además, a todo esto, habría que añadir que los agricultores están hartos de los bajos precios que perciben por el desequilibrio de la cadena, donde la distribución, al tener el mayo peso es que la tiene el poder de decisión, de las intrusiones de activistas en sus granjas, de las distorsiones insuperables de la competencia frente a países terceros e incluso frente a otros países de la UE, por las normas más estrictas que quiere imponer su Gobierno... En fin, el agricultor francés tiene la sensación de una denigración creciente de su profesión.
Quizás esta sensación no sea exclusiva de los franceses.
Fuente: agrodigital.com