A finales de la primera semana de noviembre, bananalink.org.uk informaba de que Aldi había fijado sus precios de contrato globales para la banana. El precio FOT (Free on Truck) es menos de un 5% superior al mínimo histórico de 2019, por lo que el precio pagado a los proveedores regresa a niveles de 2018, antes de que el discounter alemán trabajara con un contrato anual global. Dado que es uno de los mayores contratos del mundo para la banana, el precio de Aldi se tiene muy en cuenta en todo el sector.
El sector ecuatoriano opina que el incremento de Aldi es "una medida positiva, pero sigue sin ser un incremento que refleje la realidad del sector". La realidad es que ahora están entrando en vigor requisitos referentes a unas emisiones de azufre bajas que aumentarán considerablemente los costes de envío, así como las medidas de bioseguridad ante la R4T exigidas para tratar de evitar una mayor propagación de la enfermedad. Por no mencionar las presiones por demostrar que todos los trabajadores reciben un salario digno.
En un comunicado, AEBE, ACORBANEC y AGROBAN señalan: "El mundo quiere buques con combustible más limpio, menos emisiones, bananas protegidas de la amenaza del FoC R4T, cultivadas de manera sostenible con manejo integrado de plagas, con mejores prácticas que protejan a los trabajadores y garanticen salarios dignos, que tengan total trazabilidad, que estén limpias y perfectas, ajustadas a las especificaciones técnicas y que utilicen menos plástico. Todo eso está bien, nos adherimos y lo apoyamos, pero ¿quién lo paga? Porque, desde luego, no es gratis".
Momento crucial
Parece que nos hayamos en un momento crítico de la historia del sector. El tema del precio de Aldi ha focalizado la atención, pero la verdadera pregunta es la que se hacen los mayores exportadores del mundo: ¿quién paga los costes que, en muchos casos, no se incluían en la estructura de precios? Si los trabajadores y los productores, ya sean pequeños o grandes, siguen soportando la mayor parte de la carga, nadie recibirá lo que pide y necesita. Los retailers y consumidores no verán ese progreso social y medioambiental que exigen cada vez más, mientras que los productores simplemente entrarán en quiebra o ignorarán las demandas de los principales mercados de consumo, luchando por los mercados que no prestan tanta atención a lo que ocurre antes de que la caja de banana llegue a la tienda.
Fuente: bananalink.org.uk