Santiago P. F., de 42 años y vecino de Torrent, ha sido condenado a cinco años de prisión por un delito continuado de estafa, al demostrarse que robó 364.705 euros a doce agricultores de municipios de l'Horta y la Ribera mediante el impago de los contratos de compra de sus cosechas, que vendía incluso a un precio inferior al contratado por su recolección. La reincidencia del condenado se hace patente, ya que apenas unos días después de ser juzgado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València, agentes del grupo ROCA de la Guardia Civil de Sueca lo arrestaban por idénticos hechos en Sollana y Sueca; en este caso la estafa ronda los 75.000 euros.
La producción estafada se trataba principalmente de naranjas "de primera calidad" y caquis persimon. El condenado suscribía contratos de compra con un precio fijo y establecía una fecha máxima de pago que oscilaba entre los 40 y los 60 días para abonar la cosecha. Sin embargo, pasado dicho plazo y, finalizadas las tareas de recogida de las distintas cosechas, no abonó las cantidades pactadas, "desatendiendo los requerimientos de pago que los distintos propietarios le iban efectuando de forma reiterada".
Mediante este fraude el ahora condenado por la Audiencia Provincial de València obtuvo unos beneficios de 143.713 euros mediante la venta de la fruta recolectada, distribuyéndola a través del mercado nacional y a una empresa italiana.
La operación tinama
Una investigación del Equipo ROCA de la Guardia Civil de Paiporta permitió desmantelar la trama que tenía organizada el ahora condenado para eludir los pagos a unos y otros agricultores. El jefe del grupo por aquellas fechas detectó "anomalías en cuanto a la venta de naranjas de primera calidad en un almacén de peladoras, por un precio muy inferior al inicialmente concertado con los propietarios", según destaca la sentencia. Las posteriores denuncias por impago de los dueños de las frutas recolectadas y el hecho de que el explotador de todos estos campos realizaba "ventas a pérdida", ya que percibía un precio muy inferior al pactado con los agricultores para su recogida, derivó en la llamada operación tinama, el "timo de las naranjas y mandarinas", de ahí su nombre.
Dada la cuantía defraudada, siete veces superior al mínimo fijado en la modalidad agravada del delito de estafa, la Audiencia Provincial de València le impone una pena de cinco años de prisión y una multa de 3.300 euros. Además el condenado deberá indemnizar a los doce agricultores estafados. La responsabilidad civil asciende a los 364.705 euros.
Fuente: levante-emv.com