En las colinas del norte de Grecia, el productor de melocotón Makis Antoniadis lleva un tiempo lidiando con los efectos del cambio climático, y además ahora él y sus compañeros productores son daños colaterales en las guerras comerciales de Donald Trump, una combinación potencialmente devastadora.
Desde 2011, las autoridades griegas han registrado daños en los cultivos por fenómenos meteorológicos extremos en más de 1,52 millones de hectáreas, con una compensación para los agricultores que alcanza casi los 1.000 millones de euros. Las aseguradoras agrícolas atribuyen el fenómeno al cambio climático.
Al mismo tiempo, el presidente estadounidense Trump ha intensificado su guerra comercial, imponiendo aranceles a miles de millones de dólares de exportaciones europeas, incluidos los melocotones enlatados griegos, en represalia por la ayuda ilegal a Airbus SE.
Aunque es un doloroso ‘golpe', Antoniadis expresa que las condiciones meteorológicas anormales le preocupan más que el efecto de los impuestos estadounidenses: "Las consecuencias del cambio climático son más significativas y dolorosas que los aranceles de Trump, ya que hemos sufrido una producción desastrosa en los últimos tres años".
La lucha por hacer frente a la situación podría ser en vano a menos que se tomen medidas urgentes a nivel mundial. A pesar de las protestas en todo el mundo, el aumento de los niveles de contaminación indican que los esfuerzos para alejarse de los combustibles más sucios se mueven demasiado lento para tener un impacto importante en la preservación del medio ambiente.
Fuente: finance.yahoo.com